
Las crónicas que llegaban desde Cannes en 2013 hablaban de ‘El azul es un color cálido (La Vie d’Adèle)’, la película ganadora del festival, como una historia mil veces contada, incluso típica, pero que gracias a la puesta en escena, a una precisa utilización de los recursos estilísticos, era capaz de trascender a ese material…