Has escuchado frases como “de todo se aprende”, “solo equivocándose se aprende”, “vivir para aprender” u otras más rebuscadas como “si quieres aprender algo, estúdialo, si quieres dominarlo, enséñalo”. Pues bueno, esta frase es más ñoña pero más atingente: si quieres aprender de la vida, estudia la ficción. ¿Y quién la dijo?… yo, y tiene que ver con las lecciones de vida que entregan el cine, el teatro y la literatura en sus diversas obras, pero como somos ñoños, nos dirigimos a la meca de la ñoñez: Star Wars.
Y luego de esta larga perorata para justificar el título, vamos al listado:
Moralejas de Star Wars
1. Si no tienes nada que hacer, descansa… pero no exageres.
Recuerdan la escena cuando Qui-Gon Jinn y Obi Wan Kenobi pelean contra Darth Maul en La Amenaza Fantasma. En esa magnífica coreografía de sables láser y acrobacias, los rivales se ven separados por unas puertas invisibles que abren y cierran automáticamente. En ese contexto, el Sith se muestra ansioso por pelear, siempre enojado e incluso golpea las puertas; el Padawan está pasivo pero motivado, mientras que el maestro Jedi, más sabio y experimentado que sus rivales, se sienta y pone en reposo su espíritu. Y cuál es la moraleja de Star Wars: si no tienes nada que hacer, descansa. ¡Pero no exageres!
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Dormir o sentarse a ver tele no es la única forma de descansar, también puedes descansar con un libro, ir a trotar, tomar fotografías o pasear a los perros, porque eso de descansar sin hacer nada, resulta poco satisfactorio para cuerpo y alma. ¡Y cómo el maestro Qui-Gon Jinn lo hace!, gritará más de alguien. Pues bueno, yo prefiero seguir el consejo de Obi Wan, pasivo pero motivado. Por algo, ¡él fue le único que sobrevivió! Así que una segunda lección que se puede sacar de esto es que no siempre el maestro tiene la razón. Ni siquiera un maestro Jedi.
2. Desecha lo que ayude a lograr tus objetivos… pero no exageres.
Una vez que la fatal orden 66 fue emitida por el Canciller Palpatine y los jedi fueron casi erradicados, Yoda huyó a la lobreguez de su planeta pantano y allí vivió en monástica austeridad hasta que la hora de la reaparición de la orden jedi pudiera ser una realidad. Yoda desechó todo accesorio ajeno al cumplimiento de su objetivo y su disciplina fue recompensada con el logro de su meta.
Algo parecido le pasó a Obi Wan Kenobi, quien vivió humilde y silenciosamente en Tatooine hasta que el momento del caminante del cielo, Luke Skywalker, llegó. Y cuál es la moraleja de estos dos ejemplos: si tienes un objetivo y solo te concentras en obtenerlo, es probable que lo consigas. ¡Pero no exageres!
Nuevamente el pero, y es que si nos fijamos en el resultado de nuestros ejemplos, de inmediato recordamos que ambos murieron. Uno de viejo y otro asesinado en pro de su logro. Pues bueno, de nada sirve un objetivo si no vives para disfrutarlo. Y como contra ejemplo está Luke, cuya humilde meta cuando conoce a Obi Wan era salir de Tatooine y viajar por el espacio. Pues bueno, el azar le dio un empujón y la simpleza de su deseo, también ayudó, así que una segunda lección sería, planifica tu vida con metas humildes y realistas, que puedas cumplir, y siempre recuerda que toda ayuda es buena, incluso si es por azar.
Dime con quien andas y te diré quién eres.
Este dicho, este parafraseo popular que todos conocemos y aceptamos como válido, no siempre es apreciado y mucho menos, escuchado. A veces lo ignoramos por comodidad, desidia o peor aún, interés. No son pocos lo casos de personas que apoyaron dictaduras y hoy juran ignorancia de las consecuencias que cualquier dictadura trae, o aquellos familiares que justifican parientes delincuentes porque ponen un LCD en la mesa y un celular en el velador, o corruptos que se justifican diciendo que todos son corruptos y así millares de ejemplos, pero ninguno tan ejemplar como el caso de Anakin Skywalker, quien de tanto andar con el Canciller Palpatine, líder político de la república galáctica, termina abrazando el lado oscuro de Fuerza.
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Moraleja 1: dime con quien andas y te diré quien eres; no importa la excusa que uses, el discurso que invoques o la razón que esgrimas, tus actos te definen y tus compañeros te moldean.
Moraleja 2: quien se acuesta con bebés, termina mojado, y quien anda con políticos, termina politizado.
Siempre debes creer en ti mismo… pero no exageres
La confianza es la base donde se sustentan todas las demás habilidades. Si no confías en tus capacidades, nadie lo hará, si no crees que puedes lograr tu objetivo, nunca lo lograrás, si no comienzas algo, jamás lo terminarás. Y eso mismo es lo que le sucede a Luke Skywalker, quien solo al final del episodio IV, una nueva esperanza, confía en sus poderes Jedi, y consigue dar en el blanco y destruir la estrella de la muerte. Pues bueno, si quieres obtener algo en la vida, cualquier cosa, desde la ñoñería más absurda hasta la meta más ambiciosa, solo es posible si crees que puedes lograrlo, sino, mejor ni siquiera tratar.
Por su puesto, el pero surge de inmediato, después de todo, apenas Luke “caminante del cielo” Skywalker exageró la confianza en sus capacidades y se creyó un Jedi, le cortaron la mano. Así que no hay que olvidar la segunda lección en esto: debes confiar en ti, pero sin crear fantasías solo para sentirte mejor contigo, ya que esto solo sería auto engañarse y peor aún, demuestra una clara falta de confianza en sí mismo. Nunca hay que olvidar que la confianza se logra al conocerse y aceptarse, con defectos y virtudes, sino mejor te cortas la mano tú solo, porque sino, tarde o temprano, alguien lo hará. Y esta moraleja de Star Wars es particularmente importante para todos…
La vida es cíclica.
Si hoy lo pasas mal, mañana será mejor, si estás triste, pronto estarás feliz, porque la vida es como una gran pelota que da vueltas como una loca, uno nunca sabe en que lado de la bola está, arriba o abajo, derecha o izquierda, pero sí sabes que tarde o temprano la pelota te dejará en la parte más alta, y es entonces cuando debes tomar tu oportunidad y abrazarla como si fuera un tesoro, porque puede que no tengas otra. Algunos opinarán que muchos pasan más en la parte de abajo que en la de arriba, que la vida gira menos para ellos, pero la verdad es que para todos es más o menos parecido, nos aferramos lo más fuerte que podemos a la pelota y muchas veces cerramos los ojos para que la vida gire sin afectarnos o herirnos, y es precisamente entonces cuando perdemos la magnífica vista que nos brinda la cima de la pelota. Y lo mismo le sucede a Star Wars, y en varios aspectos.
Primero, Lucas se debió quedar en la cima de la pelota, con la primera trilogía, pero bueno, lo intentó de nuevo y… sin embargo, aprendió la lección y vendió los derechos de Star Wars a Disney, es decir, se retiró mientras aún está en lo alto de la pelota. Por otro lado, Yo, que sé que no debí ver la segunda parte de la trilogía y solo quedarme con la primera trilogía, la de Luke Skywalker, igual lo hice y vi cada uno de los episodios de Star Wars en el cine. Y más curioso todavía, aunque sé que no debería, igual veré el episodio VII y todos los que sigan, aunque para hacerlo deba ser aplastado por la puta metáfora redonda de la vida (la pelota). Y por último, decir que así como la vida, Star Wars también es un ciclo, desde el nacimiento a la muerte de Anakin Skywalker, el ciclo de la vida completo. Vida y Muerte. Y cuál es la moraleja de Star Wars en todo esto: no hay bosque sin desierto, ni noche sin día, y por supuesto, no hay felicidad sin lágrimas.
Podría seguir con muchas más moralejas de Star Wars, pero prefiero que ustedes opinen, así que los dejo invitados a comentar sobre su experiencia con La Guerra de las Galaxias. Y antes que piensen que es demasiado ñoño sacar enseñanzas de vida de una saga cinematográfica, sigan este LINK y conozcan a la religión Jedi y un impactante censo de sus seguidores.
por Canciller Ñoño
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