Dinosaurios y dragones han ocupado la mente del hombre desde los albores del tiempo y aunque ciencia y mito siguen caminos diferentes, ambos están emparentados.
por I. C. Tirapegui
Dinosaurio y Dragones
Para develar el misterio de dinosaurios y dragones, primero las analizaremos por separado…
Dinosaurios
Los dinosaurios (dinosauria, δεινός σαῦρος, deinos sauros, ‘lagarto terrible’) son un grupo de saurópsidos que aparecieron en el período Triásico, hace 231 millones de años (millones más, millones menos). Dominaron la Tierra durante 135 millones de años, desde el inicio del Jurásico (hace 200 millones años) hasta el final del Cretácico (hace 66 millones de años). Pero lo bello no está hecho para durar y así ocurrió con los dinosaurios, cuya extinción puso fin a la Era Mesozoica; igual que Frodo puso fin a la Era del Elfo.
Los dinosaurios son un grupo diverso desde el punto de vista taxonómico, morfológico y ecológico. Con la evidencia fósil, los paleontólogos han identificado cerca de 500 géneros distintos y más de 1 000 especies diferentes de dinosaurios no avianos. Y menciono no avianos, porque el registro fósil indica que las aves evolucionan a partir de dinosaurios terópodos durante el período Jurásico y en consecuencia, son considerados un subgrupo de dinosaurios por muchos paleontólogos (otro apasionante debate ñoño). Así pues, los únicos terópodos sobrevivientes a la extinción global (hace 66 millones de años), fueron algunas aves cuyos descendientes continúan el linaje de los dinosaurios hasta nuestros días.
Los dinosaurios fueron bípedos, pero muchos grupos incluyeron especies de cuadrúpedos y algunos podían alternar los dos tipos de locomoción. Los cuernos o crestas son comunes a todos los grupos de dinosaurios, y algunos grupos desarrollaron modificaciones esqueléticas, como armaduras óseas y espinas. Los hubo de todas formas y tamaños, desde los gigantescos braquiosaurios, al temible Tiranosaurio, aunque también los hubo muy pequeños, de medio metro de altura, pero por desgracia de ellos hay menos fósiles debido a sus huesos delgados. Pero su cercanía a las aves es innegable, pues la evidencia sugiere que la puesta de huevos y la construcción de nidos es un rasgo que compartían todos los dinosaurios.
Aunque la palabra dinosaurio significa “lagarto terrible“, los dinosaurios no son lagartos y representan un grupo separado de reptiles que, como muchas formas extintas, no muestra características propias de un reptil, como la postura extendida hacia los lados de las extremidades o la ectotermia. Además, muchos animales prehistóricos, incluyendo los mosasaurios, ictiosaurios, pterosaurios, plesiosaurios y pelicosaurios (Dimetrodon), son conocidos como dinosaurios, pero no están clasificados taxonómicamente como tales. A lo largo de la primera mitad del siglo XX, la mayor parte de la comunidad científica creía que los dinosaurios habían sido lentos y de sangre fría. No obstante, las nuevas investigaciones indican que los dinosaurios eran animales activos, con metabolismos elevados y numerosas adaptaciones para la interacción social. Incluso algunos hablan de plumas…
Bajo el punto de vista de la taxonomía filogenética, los dinosaurios son un grupo que abarca los terópodos (en su mayoría carnívoros bípedos y aves), ankylosaurianos (cuadrúpedos herbívoros acorazados), estegosaurianos (cuadrúpedos herbívoros con placas en la espalda), ceratopsianos (herbívoros cuadrúpedos con cuernos y volantes), ornitópodos (herbívoros bípedos o cuadrúpedos, incluyendo a los “picos de pato”), y sauropodomorfos (en su mayoría grandes cuadrúpedos herbívoros de cuello y cola largos).
Desde que en el siglo XIX se descubrieron los primeros fósiles de dinosaurio, los esqueletos montados han sido atracción de museos en todo el mundo y los dinosaurios son parte de la cultura general de todo ñoño. El gran tamaño de algunos, así como su naturaleza aparentemente monstruosa y fantástica, les han asegurado apariciones regulares en libros y películas. Es por eso que en la nación Ñoño nos sumamos al ferviente entusiasmo que estos animales provocan. Por supuesto, no se puede pensar en Lagartos Terribles sin recordar al dinosaurio que escupe fuego por sus fauces, esos reptiles alados que llamamos dragones…
Imágenes de Dinosaurios y Dragones
Dragones
El dragón (drákon, ‘serpiente’) es un ser mitológico reconocible en varias culturas de todo el mundo, con diferentes formas y simbolismos asociados. A pesar de que su mito persiste en áreas geográficas muy distantes, aún así mantiene su esencia de reptil, con o sin plumas, y con formas que pasan por la serpiente, a los lagartos y finalmente a los dinosaurios, alados o no.
Existen dos tradiciones principales sobre los dragones: los dragones europeos, derivados de la mitología de Grecia y Medio Oriente; y los dragones orientales, de origen chino, pero reconocidos en mitos del Japón, Corea y otros países asiáticos. Las dos tradiciones surgieron probablemente de forma independiente, pero en su desarrollo se han influido mutuamente. Un ejemplo de esto es la tradición cristiana, cuando en el Apocalipsis se refieren a Satanás como el gran dragón, la serpiente antigua. En América también se desarrolló el mito del dragón, pero acá se le llamó serpientes, aladas o no, emplumadas o no. lo que nos lleva al origen etimológico de la palabra: drákon, sepiente.
La imagen y la figura del dragón varía en las diversas culturas que lo han representado. La cultura occidental ha imaginado a los dragones como reptiles gigantes al que añaden rasgos tomados de otros animales (alas o cuernos) y un pequeño toque fantástico: un aliento de fuego. Por su parte, los dragones orientales tienen apariencia serpentina, pero mezclada con otros animales, y casi nunca tienen alas. Lo cual coincide con la tradición mesoamericana, aunque en este lado del mundo no se llamaron dragones, sino que fueron serpientes emplumadas o aladas. Lo cual nos devuelve al origen de la palabra, del griego drakon, serpiente. No creo que esto sea coincidencia, pero será para una sesión de conspiraciones que uniremos los cabos sueltos. Por ejemplo, el uroboro es un dragón que se come la cola.
Mitos distintos, culturas distintas
Dragón Europeo
La mitología germana incluye al dragón (Nidhug) entre las fuerzas del inframundo. Se alimenta de las raíces de Yggdrasil, el árbol sagrado que extiende sus raíces a través de todos los mundos. Posteriormente, los dragones aparecen en Beowulf, un poema épico anglosajón, el más antiguo que se conserva. Luego aparecen en el Cantar de los Nibelungos, un poema épico medieval donde Sigfrido mata a un dragón llamado Fafnir, y al ungirse con su sangre se hace inmune a todo mal. ¿Les suena conocido el mito? Aquí otra pista, pero esta viene de la mitología celtas, para quienes el dragón era una divinidad de los bosques, cuya fuerza podía ser controlada y utilizada por los magos y merlines del lugar.
En la mitología griega, existen varios dragones que fueron usados por los dioses, o eran temidos por ellos mismos. Existe el mito Ladon, el dragón de cien cabezas que custodiaba el jardín de las Hespérides, además de Tifón, Lamia, el dragón de Delfos o Pitón, Amphisbaena (dragón de dos cabezas que nació de la sangre de Medusa cuando cayó una gota en el desierto de Libia), el basilisco y la famosa Hydra de Lerna. Todos monstruos con formas más o menos dragonianas y si vamos más atrás en esta entrada, formas dinosaurianas.
En la tradición cristiana aparece en el Apocalipsis, a lo que les siguen mitos posteriores, como la leyenda de San Jorge y el dragón. Por ello, en la cultura cristiana del Medievo simboliza el pecado y en el arte suele figurar bajo los pies de los santos, como representación del triunfo de la fe sobre el diablo, el gran dragón.
Debido a esto, la tradición europea considera al dragón como como una criatura malvada y simboliza un enemigo formidable o un guardián insuperable. Así llega al día de hoy, donde representa la lucha del hombre contra lo insuperable, el bien contra el mal.
Sin embargo, los dragones malévolos no están restringidos a Europa y llegó hasta el oriente cercano… o viceversa.
Oriente cercano
En Oriente próximo, la figura del dragón, simbolizaba el mal y la ruina. En Enuma Elish, una epopeya escrita alrededor del 2000 a. C., la diosa Tiamat era un dragón que simbolizaba los océanos y comandaba las hordas del mal, cuya destrucción previa era necesaria para crear un nuevo universo ordenado. También en la Biblia hebrea el dragón representa el mal. En la mitología persa destaca el caso de Azi Dahaka, un dragón malévolo. En Rumanía, se habla del dragón geta-dacio, que tenía cabeza de lobo y cola de serpiente. Así la tradición continúa y llega, probablemente, hasta nuestro conocido draco, dracul y por último, Drácula.
Dragón Oriental
En muchas culturas orientales los dragones eran, y en muchos casos aún SON, reverenciados como representantes de las fuerzas primitivas de la naturaleza y el universo. Se les considera como criaturas benéficas y un símbolo de buena suerte.
A diferencia de sus congéneres occidentales, los dragones orientales no escupen fuego ni tienen alas, aunque normalmente pueden volar gracias a la magia. Un dragón típico de Oriente tiene cuernos de ciervo, cabeza de caballo, cuello de serpiente, garras de águilas, orejas de toro y bigotes largos como los gatos. En las leyendas chinas hay dragones que vigilan los cielos, dragones que traen la lluvia y dragones que controlan ríos y arroyos. En Japón, se les considera seres sabios, amables y siempre dispuestos a ayudar, razón por la cual los dragones han sido durante siglos, el emblema oficial de la familia imperial.
Las ironías de la vida no desaparecen porque sean mitos o no, por eso es interesante destacar que en el el Himalaya representan la buena suerte y sus vecinos chinos, el gran dragón rojo, los invadió y privó de su independencia. por eso: ¡Fuerza Dalai Lama! & ¡Liberen al Tíbet!
Dragón Americano
La mayoría de los autores llama serpientes a los dragones mesoamericanos, pero ya que etimológicamente la palabra dragón significa serpiente, entonces me tomo la libertad de considerar que todas las serpientes mitológicas de las culturas americanas son dragones, como Náhuatl Cóatl.
Los dragones americanos se asemejan en forma más a las serpientes orientales que a los dinosaurios europeos, como las serpientes emplumadas de centro américa o las serpeintes aladas de la patagonia. A pesar de estas similitudes, tienen simbolismos distintos a sus parientes orientales. En torno a Los Andes se creía en el poder que ejercían las “serpientes del abismo marítimo y de la montaña esplendorosa”. La leyenda de TrenTren y Cai Cai Vilu refleja esto, al enfrentar la serpiente del Mar y de la Tierra por el futuro del pueblo Mapuche. Es que por esta zona, la mitología de los dragones tiene más que ver con los orígenes de la humanidad, pues eran divinidades o creadores del mundo donde vive el hombre. Por ejemplo, los Muiscas, indígenas colombianos, creían en Chiminigagua, dios creador con forma de serpiente de fuego, que vive bajo la sagrada laguna de Iguaque, y él creó a los padres de la humanidad, Bachue y su joven acompañante.
Dragones y dinosaurios en el imaginario actual
La ficción ñoña ha empleado repetidamente el símbolo del dragón y el dinosaurio en diferentes obras de arte fantástico, en cualquiera de sus múltiples formas de expresión, como cine, literatura o videojuegos, por mencionar algunas.
Dentro de la evolución de estas maravillosas criaturas, podemos decir que al menos en occidente, la tradición europea le ha ganado a la oriental, y dinosaurios y dragones simbolizan seres malvados y viles, obstáculos insalvables que el héroe debe superar para lograr su objetivo, aunque por supuesto, siempre hay excepciones a la norma, como Sheng Long, de Dragon Ball, anime japonés, o el dragón de Merlín en Excalibur, criatura mágica al estilo celta. Pero las más de las ocasiones, estos reptiles gigantes representan al mal, como los dragones del legendarium de J. R. R. Tolkien, cuyo máximo exponente es el Smaug de El hobbit, o los dragones de Eragón y Juego de Tronos, armas magníficas que siguen las órdenes de sus jinetes. También podemos encontrar dragones-montura en la serie de historietas El Mercenario o Dragon Lance. Incluso en la película “Cómo entrenar a tu dragón”, donde representan monstruos malvados, hasta que alguien se atreve a cuestionar la tradición.
Dinosaurios y dragones: ¿parientes imaginarios?
Pues sí, todo este desperdicio de palabras y letras para llegar a una simple e ineludible conclusión: dinosaurios y dragones son parientes. Está bien, ya sé que unos existieron y otros solo habitan en la imaginación de millones de ñoños alrededor del mundo, pero parece que el mito del dragón fue consecuencia del descubrimiento de un fósil de dinosaurio gigante. Y así, el mito se expandió hasta convertirse en leyenda…
Infografía tamaño dinosaurios
Con esto despido a dinosaurios y dragones, no sin antes invitarlos a comentar y compartir esta entrada. Nos leemos…
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