Por fin se acerca ese día tan esperado por miles de ñoños, ese momento mágico en que vimos Jurasic Park y dijimos: “demás que hay suficiente ADN en un mosquito como para clonar dinosaurios”. Y así como alguien lo imagina, otro lo quiere hacer realidad. Y con esa idea en mente, científicos españoles recibieron los fondos (léase dinero) necesarios para iniciar los intentos por clonar un Bucardo, una cabra de montaña recientemente extinta. La Pyrenean Ibex (o Capra pyrenaica pyrenaica) desapareció por el año 2000 pero las células de una hembra de 14 años fueron congeladas en nitrógeno líquido y están listas para ser fotocopiadas…
Claro que eso no es un dinosaurio, dirán algunos, y es verdad, pero por algo se empieza. Y no será una tarea fácil. Ya en 2003 se intentó algo similar pero murió poco después de nacer. Ahora los científicos repetirán el intento y de lograrlo, se abre una abanico de posibilidades, desde revivir especies recientemente extintas hasta clonar un T-Rex y hacerlo mi mascota.
Pero independiente de los objetivos que persigan los investigadores, el hecho es que la Federación de Caza de Aragón (probablemente los causantes de la extinción del Bucardo) ahora autorizan el uso de Celia, el último espécimen – disecado – con suficiente ADN para ser clonado y que está en la Recepción del Parque Nacional de Monte Perdido, en Aragón, España. Y que obviamente lucen como orgulloso trofeo de su brutal hábito.
Uno de los científicos detrás de esta operación es el Dr. Alberto Fernández-Arias, quien dijo a BBC: “en este momento estamos iniciando el Plan de Recuperación del Bucardo. Lo único que necesitamos saber es si las células de Celia aún están vivas luego de permanecer 14 años congeladas en nitrógeno líquido”. Además de su trabajo In Vitro, también quieren implantar varios embriones clonados en el vientre de cabras hembras y si eso resulta en clones viables, solo entonces se conversará de la factibilidad de traer a la vida a extinta raza de cabras montesas.
En lo personal, creo que la Federación de Caza de Aragón estará contenta con la recuperación de la especie, así tendrán a que dispararle en la montaña. Y adivinen quién es el Presidente del Servicio de Caza y Pesca de Aragón… el Dr. Fernández-Arias, el mismo que intenta clonar la cabra (léase mamífero caprino, no hembra humana).
Charla clonación del Dr. Alberto Fernández-Arias
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El Bucardo (Capra pyrenaica pyrenaica) fue una subespecie del Ibex, con características genéticas diferentes a cualquier otro caprino que habita la península ibérica. Estaba perfectamente adaptada para vivir en las escarpadas laderas de los Montes Pirineos y soportar la nieve y los fríos extremos.
La población de este animal comenzó a mermar durante el siglo pasado y en Abril de 1999, investigadores cazaron la última hembra, a la que llamaron Celia. De ella sacaron muestras y las congelaron a -196ºC. Y un año después, el azar quiso que Celia muriera aplastada con la caída de un árbol en Monte Perdido. Por suerte se rescataron su células y se pudo inyectar el núcleo de las células de Celia en los óvulos de cabras domésticas. De los 57 implantes solo 7 terminaron en embarazo. En 2003 nació un bebé Bucardo, el primer clon en la historia de un animal extinto, pero murió a los pocos minutos por una infección pulmonar.
Sin embargo, el viaje recién inicia, pues aunque se consiga que los clones sobrevivan, el plan de recuperación resulta extremadamente difícil, pues Celia es la último Bucardo con células sanas para el trabajo. La opción más viable según el equipo científico es clonar algunas hembras y luego iniciar su reproducción selectiva con algún pariente de características similares, como el Ibex español o el Ibex Gredos, y luego continuar con un trabajo de reproducción selectiva de los especímenes que mas se asemejen a la raza original. Otra opción es usar una técnica desarrollada por otro equipo de científicos, quienes fueron capaces de revertir el sexo de un ratón hembra. La idea sería clonar machos y hembras basados en la misma fórmula.
¿Y para qué tanto problema, si una cabra es igual a otra? se preguntará alguien. Pues Goerge Church, profesor de genética en la Universidad de Harvard, lo ve como la posibilidad de salvar especies en peligro de extinción, otros piensan que es un paso más para obtener órganos humanos de repuesto y guardarlos en el refrigerador, y algunos (los menos, debo decir) lo queremos para tener un T-Rex de mascota. Pero más allá de lo que cada uno desee (incluso aquellos que no lo desean en absoluto), el perfeccionamiento de la clonación es un hecho indefectible que da inicio a un gran debate moral, religioso, científico y sobretodo, ñoño.
Ahora solo resta por ver en qué termina este nuevo intento por revivir una especie extinta. Y mientras tanto, nos sentamos a soñar con nuestro T-Rex de bolsillo.
por Canciller Ñoño
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