La mitología chilena es como su tierra: regada por el mar, aislada por la cordillera y heredera de una larguísima tradición.
por I. C. Tirapegui
¿Por qué escribir sobre la mitología chilena?
Primero, porque me encanta la mitología, así a secas. Me gusta la mitología griega, egipcia, celta, nórdica y particularmente, la que me es propia, la mitología chilena. Me encanta que una superstición sobreviva a los milenios, merced de una inmensa tradición cultural e histórica, y me gusta mucho más que sus seguidores no vengan a tocar mi puerta para hablar de Zeus u otro dios de su panteón. Además, soy el autor de la novela Ngen Mapu, una historia de carácter épico que se arraiga fuertemente en la mitología mapuche.
Sin embargo, la razón más importante es un simple chovinismo: creo que nuestra mitología es una de las más interesantes y diversas del mundo. ¿Por qué? Pues bueno, esa es la verdadera razón por la que escribiré sobre mitología chilena… empecemos.
Mito
El mito proviene del vocablo griego mythos, «relato» o «cuento» y su objetivo es dar una explicación a un hecho o fenómeno extraordinario. En general, se trata de un relato tradicional que narra acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres extraordinarios, como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos.
José Manuel Losada, investigador en mitocrítica, define el mito como:
El mito es un relato explicativo, simbólico y dinámico, de uno o varios acontecimientos extraordinarios personales con referente trascendente, que carece en principio de testimonio histórico, se compone de una serie de elementos invariantes reducibles a temas y sometidos a crisis, presenta un carácter conflictivo, emotivo, funcional, ritual y remite siempre a una cosmogonía o a una escatología absolutas, particulares o universales. *1
En forma menos académica, digamos que se denomina mito a los discursos, narraciones o expresiones culturales de origen sagrado, y que posteriormente son secularizadas y tratadas como discursos culturales. La mayoría de las veces son relativos a una época histórica o a una serie de creencias, religiosas o no.
Son relatos basados en la tradición y las leyendas, y en general son creados para explicar el universo, el origen del mundo, los fenómenos naturales o cualquier cosa para la que los creadores del mito, no tenga explicación racional.
Aunque no todos los mitos tienen un propósito explicativo, casi todas las religiones (vivas o muertas) se levantan sobre un conjunto de mitos que se agrupan alrededor de sus escrituras sagradas, lo cual las avala y justifica sus dogmas. De hecho, la palabra mito se refiere a hechos que no son posibles de verificar de manera objetiva o “que carece en principio de testimonio histórico”.
Establecido esto, cuando hablamos de mitología, nos referimos a un conjunto de mitos relativamente cohesionados. es decir…
Mitología
Son relatos que forman parte de una o varias religiones y/o cultura(s). De hecho, son la base de la mayoría de las religiones y viceversa. Es importante notar que la mayoría de las mitologías están relacionadas con una o más religiones.
Este término se usa frecuentemente para referirse a religiones antiguas, como la mitología griega, romana o escandinava. Sin embargo, la mitología hebrea (por ejemplo) es el sustento de religiones contemporáneas, como la judía, cristiana o el islam.
Cuál es la diferencia, entonces. Simple: llamamos mitología a aquellas religiones que no se practican hoy, y llamamos religión a aquellas mitologías que existen en la actualidad. Ergo, la mitología chilena es un conjunto de mitos que dieron sustento a las religiones de nuestros pueblos originarios, a lo que sumamos el procesos de sincretismo, ocurrido durante el periodo de la invasión europea en el país.
Ya establecimos que el mito tiene una carácter fantástico o ñoño, tiene un origen cultural y concluimos que un conjunto de mitos construyen una mitología. Además, sabemos que la mitología tiene una carácter histórico, cultural y tiene relación con las características propias del territorio donde es concebido. Así que ahora continuamos hacia nuestro tema central, la mitología chilena…
Mitología Chilena
La mitología chilena se basa en los mitos y leyendas de los pueblos nativos que habitaban esta tierra. Así que a la mitología Inca en el norte, se suma la mapuche y más al sur, la de los pueblos de la patagonia. Y a ellos se suman las de origen europeo, principalmente de los colonizadores españoles. Esta variedad de fuentes ha provocado un fuerte sincretismo, lo cual es la primera característica de la mitología chilena.
Igualmente, los diferentes paisajes y climas presentes en el territorio chileno, además de las diferencias geográficas e históricas, ha favorecido la aparición de más mitos y así, enriquecido aún más la mitología chilena.
División de los mitos
Para clasificar la mitología chilena, la opción que parece más sencilla es la división por zonas geográficas. De esta manera, se dividen en mitos correspondientes a la zona norte, centro, sur y austral del territorio chileno, además de sus territorios insulares (Rapa nui y el archipiélago de Chiloé). Es decir, comenzamos con 6 zonas principales, las que a su vez, también pueden subdividirse.
Entonces, empecemos con este censo de la mitología chilena…
Mitos de la zona norte
La mitología chilena de la zona norte tiene una profunda influencia inca y de los pueblos preincaicos de la zona, aunque han adoptado un estilo propio, debido a la arraigada influencia de la colonia española. Por eso, estas leyendas y mitos se caracterizan por personajes e historias relacionadas con el desierto, la religiosidad y la actividad minera.
Ejemplos de estos mitos son el Alicanto, la Lola, el Yastay, los Achaches, el Umpillay , el Quilpaná y El Carbunclo, además de leyendas como Juan Soldado, el tesoro de Guayacán, los Payachatas, La Tirana, El Alicanto y la virgen de Andacollo. En la Provincia de El Loa es muy conocida la devoción por la Botitas Negras y así, hay un sin fin de relatos mágicos. A continuación describimos algunos de ellos…
Leyendas del norte
El Tótem del Guanaco (Yestay)
Sobre el Yestay (también conocido como Yastay) existen diferentes versiones, tanto acerca de su forma como de su origen. De acuerdo con algunas tradiciones, sería similar a un guanaco, pero de mayor tamaño y gran belleza. Su principal objetivo es proteger a las manadas de vicuñas y guanacos. Sin embargo, cuando desata su furia contra los cazadores, su cabeza toma la forma de un demonio y lanza lenguas de fuego por la boca. Por ello, los hombres deben pedir permiso al Yestay para cazar en su territorio, para lo cual le dejan una ofrenda entre las piedras del cerro.
Otra versión dice que el Yestay es hijo de la Pachamama (madre tierra) y que por encomienda de ella, debe cuidar a los animales silvestres. En muchas ocasiones se presenta como un anciano de barba blanca que lleva consigo un cetro y una flauta, con la cual toca suaves y dulces melodías, logrando de esa manera amansar a las fieras. Su alimento predilecto es el cocho (harina de maíz tostado) con harina de quintitaco (algarrobo dulce).
El Alicanto
Es un enorme pájaro de grandes alas color metálico, pico encorvado y patas alargadas con enormes garras. Se alimenta de oro y plata, y sus alas brillan durante la noche. Si el animal come oro, despide destellos dorados; o argentados si su alimento fue la plata.
El Alicanto es el sueño de muchos mineros, que esperan que algún día se les aparezca y les muestre el sendero hacia una veta de oro o plata. Pero cuidado, aquel que sigue al Alicanto puede ser engañado y en lugar de guiarlo a un gran tesoro, el ave lo abandona en medio del desierto, dejándolo sin agua y sin comida. Solo una plegaria a la virgen de Punta Negra puede guiarlo de regreso.
Los brujos de Salamanca
Se dice que en una cueva de Salamanca, donde se aprende el arte de la brujería, viven las almas de los brujos fallecidos, quienes entregan poderes a los que se inician en este arte. Esta cueva tiene varias entradas, que son cuidadas por culebrones. En este lugar se rinde homenaje a Satanás, se efectúan misas negras y se realizan confesiones de brujos y brujas.
La Añañuca
Es una flor típica de la zona norte de Chile, que crece entre Copiapó (Región de Atacama) y el valle de Quilimarí (Región de Coquimbo). Sin embargo, pocos saben que su nombre proviene de una triste historia de amor.
Cuenta la leyenda que en la localidad de Monte Patria, vivía Añañuca, una hermosa joven indígena que todos los hombres querían conquistar, pero nadie lograba alcanzar su corazón. Un día llegó al pueblo un minero que andaba en busca de un tesoro. Al conocer a Añañuca, surgió el amor entre ambos, por lo que decidieron casarse.
La pareja fue feliz durante un tiempo, pero una noche, el joven tuvo un sueño donde un duende le revelaba el camino hacia la mina que por tanto tiempo buscó. A la mañana siguiente, sin avisarle a nadie, ni siquiera a su mujer, partió a buscarla. Añañuca, desolada, lo esperó y esperó, pero pasaban los días, las semanas, los meses y el joven nunca regresó.
Producto de la gran pena de haber perdido a su amado, Añañuca falleció y fue enterrada en pleno valle. Al día siguiente, los vecinos del pueblo vieron que en el lugar donde había sido enterrada, se cubrió con un manto de flores rojas. Desde ese momento, se asegura que esta joven se convirtió en flor, como un gesto de amor a su esposo, ya que de esta manera permanecerían siempre juntos. Así fue que se le dio a esta flor el nombre de Añañuca.
Mitos de la zona central
La zona central es la más poblada de Chile y fue donde primero se establecieron los colonizadores españoles. Por esto, la mitología chilena en este lugar, es propia de la colonia y se caracteriza por asimilar muchos de los mitos del pueblo mapuche.
Las leyendas de esta zona fueron transmitidas y modificadas por la tradición oral, por lo que tienen muchas versiones. Algunos de los seres mitológicos más conocidos Pedro Urdemales, la Calchona, la Llorona, el Culebrón, el Chonchón y el Piuchén; mientras que cuenta con leyendas como la laguna del Inca, el Entierro del cacique Vitacura y la campana de Rere. También hay muchas referencias a la aparición del diablo («El Mandinga») y encuentros con brujas. Dentro de estos, destaca el mito/realidad más reconocido de la colonia, la famosa Quintrala: bruja negra y sirviente del diablo.
Además, frente a las costas de la zona central destacan los mitos del tesoro de Juan Fernández y otras leyendas del archipiélago. Y por supuesto, la mitología de Rapa Nui… pero consideraré la mitología de Chile insular como una zona independiente. Mientras, revisa algunos mitos de esta zona…
Leyendas Zona Central
La Calchona
Muchas son las versiones que se han tejido en torno a la fantástica historia de la Calchona. Mientras algunas personas se refieren a ella como una mujer fea y malvada, otras dicen que toma forma de animal y ataca a los hombres infieles.
Esta es una versión entre muchas: un matrimonio vivía en el campo junto a sus dos hijos. Sin embargo, la familia no sabía que la mujer era una bruja y que en su hogar escondía varios frascos con cremas que, al aplicarlas sobre su cuerpo, le permitían transformarse en el animal que ella eligiese.
Durante la noche se colocaba sus ungüentos y salía a pasear por los campos, y en la mañana regresaba. Hasta que un día sus hijos la vieron y se pusieron las cremas, transformándose en animales. Pero cuando quisieron volver a ser humanos, no supieron cómo y se pusieron a llorar. El padre despertó con los sollozos, pero en lugar de niños, encontró pequeños animales. Después de varios intentos, encontró el frasco con la pócima indicada y consiguió que los animales se transformaran nuevamente en niños; pero para evitar que les volviera a ocurrir lo mismo, tomó las cremas y las botó en las aguas de un río. La madre, convertida en oveja negra, regresó a su casa, comenzó a buscar sus cremas por todos lados, y como no pudo encontrarlas, quedó para siempre convertida en ese animal.
Por eso, cuando se siente balar una oveja negra que vaga sola en la noche por los campos, los campesinos saben que se trata de la Calchona.
La Cuca
De la leyenda de la Cuca se conocen tres versiones: la Cuca negra, la Cuca blanca y la Cuca cordillerana.
La Cuca negra es un ave que vuela de noche y su grito se asemeja al rebuzno de la mula. Si mientras vuela, su sombra toca a una persona, esta muere antes de un año. Y si vuela sobre una casa, al poco tiempo muere uno de los moradores.
La Cuca blanca es un ave benéfica que ayuda a encontrar el camino a quienes andan extraviadas . Cuando canta, dice: ¡Cuca! ¡Cuca!
La Cuca cordillerana habita cerca de los Andes y es un ser mitad mujer y mitad vaca. Esta juguetona criatura, entra durante la noche a una casa, saca a su morador mientras duerme y lo deja en un sitio distante , pero sin causarles ningún daño.
El Chonchón (Túe túe)
El Chonchón se presenta como una cabeza humana, de la que nacen unas enormes orejas que usa para volar. Su fatídico grito de tué, tué indica que una persona va a morir. Suele revolotear cerca de la habitación de los enfermos, lucha con el espíritu de estos y si los vence, chupa la sangre de los pacientes.
Por eso, si escuchas el canto del túe túe, debes rezar la siguiente oración: San Cipriano va para arriba, San Cipriano va para abajo, sosteniendo una vela del buen morir. También puedes echar sal al fuego de la cocina y decir: Pasa, Chonchón, y sigue tu camino, o vuelve mañana y te daré la sal. Al día siguiente se presentará alguien a pedir sal y no hay que negársela.
El Pihuchén
Este mito se conoce más allá de la zona central, pues también aparece en Coquimbo, La Araucanía y Chiloé.
Se trata de un culebrón verdoso, de alrededor de medio metro de largo, que vive en el corazón de los árboles huecos. Su alimento preferido es la sangre de ovejas o cristianos. Su presencia se reconoce por las huellas de sangre que deja. Por eso, cuando un campesino detecta la presencia de este animal, a los rebaños de ovejas se les ponen seis o más cabros, pues la sangre de estos animales es muy fuerte y ahuyenta a los pihuchenes.
La Laguna del Inca
Escondida en las alturas de la Cordillera de los Andes, en Portillo, se encuentra una hermosa laguna que se conoce como la Laguna del Inca.
La leyenda dice que el inca Illi Yupanqui se casó con la princesa Kora-llé, la mujer más hermosa del imperio. Para la boda escogieron una cumbre ubicada a orillas de una laguna. Cuando la ceremonia nupcial concluyó, Kora-llé debía cumplir con el último rito: descender por la ladera del cerro. Pero el camino era estrecho y bordeado por precipicios. Fue así como la princesa, mientras cumplía con la tradición, cayó al vacío.
Illi Yupanqui, al escuchar los gritos, echó a correr, pero cuando llegó al lado de la princesa, estaba muerta. Lleno de tristeza, el príncipe decidió que el cuerpo de la princesa fuera depositado en las profundidades de la laguna. Cuando Kora-llé llegó a las profundidades, el agua mágicamente tomó un color esmeralda, el mismo de los ojos de la princesa. Se dice que desde ese día la Laguna del Inca está encantada.
Carcancho
El carcancho es otro de los personajes fabulosos que se menciona en la zona central. La leyenda cuenta que se trata de un hombre cubierto de pelos, que se alimenta de tubérculos y camina incansablemente por la nieve. Muchas personas lo han seguido, pero nunca lo han alcanzado. De su presencia sólo quedan unas enormes pisadas impresas en la nieve.
Mitos de la zona sur
La mitología chilena de esta zona, surge del sincretismo de la religión mapuche y la religión católica. Sin embargo, destaca la mitología mapuche, por sobre las supersticiones judío-cristianas traídas por los europeos.
Por supuesto, si me preguntan a mí, esta es la parte de la mitología chilena que más me gusta…
La mitología y las creencias del pueblo mapuche se refieren al mundo y criaturas nacidas de las extensivas y antiguas creencias religiosas, junto a una serie de leyendas y mitos que son comunes a los diferentes grupos que componen la etnia mapuche (huilliches, pehuenches y picunches, entre otros). Sin embargo, hay que señalar que antes de la llegada española, no existían registros escritos de las antiguas leyendas y mitos, puesto que sus creencias eran transmitidas oralmente. Esto hace que su cosmovisión y su cosmogonía presente diferencias entre las distintas etnias, como también entre las diferentes poblaciones y familias que componen cada etnia.
Otro dato importante es que las comparaciones y relaciones que existen entre las manifestaciones religiosas y mitológicas de los pueblos precolombinos, destacan los mitos mapuches por poseer características únicas que tienen que ver con su idiosincrasia, su moral, su vida social, su clima, su paisaje y principalmente, porque nunca fueron subyugados por el imperio Inca o español. Por eso su religión y visión cosmológica se desarrolla de forma casi independiente.
La verdad, es que aquí me podría extender largamente sobre la cosmovisión mapuche, pues como ya dije, escribí una novela muy relacionada al tema. Pero principalmente, porque su cosmogonía es magnífica y de las más estudiadas dentro de la mitología chilena. Por ello, resumiré el asunto…
Su deidad principal es Ngenechén, quien gobierna las acciones de los hombres. Le siguen en jerarquía los ngen, espíritus que representan la esencia de los elementos de la naturaleza (tierra, cielo, agua, etcétera) y cuya misión es perpetuar el ciclo de la vida. Ellos gobiernan el mundo en que vivimos. A su vez, este mundo se divide en 3 áreas:
- Wenu Mapu: la tierra de arriba, espacio sagrado e invisible donde habitan la familia divina, los espíritus del bien y los antepasados de los mapuches.
- Nag Mapu: la tierra central, también conocida como “la tierra que andamos”, aquel espacio visible que es habitado por los hombres y la naturaleza.
- Miñche Mapu: la tierra de abajo, donde se encuentran las fuerzas del mal y los espíritus malignos.
A su vez, la Nag Mapu o la tierra que habitamos, está dividida en 4 zonas:
- Puel Mapu (Este): es el lugar de los dioses, de los espíritus benéficos y de los antepasados.
- Pikun Mapu(Norte): lugar de mala suerte.
- Lafken Mapu o Nau Mapu(Oeste): lugar de los espíritus del mal.
- Willi Mapu(Sur): lugar de buena suerte.
Por supuesto, esta es apenas una pincelada sobre las mitología mapuche, pero cumple con el objetivo de esta entrada. Sin embargo, este inicio me abrió el apetito y prometo que en breve tiempo, escribiré una entrada exclusivamente sobre la religión y mitología mapuche.
Y ya que estoy en esto, una pequeña publicidad…
Y ahora continuamos con nuestro viaje por la mitología chilena…
Leyendas del Sur
En este punto, hay que aclarar que muchos de estos relatos de la mitología chilena, son compartidos con el archipiélago de Chiloé y por esa razón, no incluiré leyendas en la sección del archipiélago. Por eso y porque en Chiloé son tantas las leyendas que existen, que necesitaría una entrada exclusiva para ellas.
El Basilisco
Cuando en un gallinero aparece un pequeño huevo negro, de cáscara gruesa y rugosa, el pánico se apodera de la gente, ya que de él nace el terrible y despiadado monstruo llamado Basilisco, también conocido como Fasilisco, Athrathrao o Lagarto.
El aspecto del Basilisco es una mezcla entre ave y reptil. Tiene cabeza de gallo, un cuello largo como de serpiente y cuerpo emplumado, con alas y patas pequeñas. En el día se esconde bajo el piso de una casa, pero en la noche sale de su guarida y se introduce en los dormitorios para robar la fuerza vital de sus habitantes.
El Basilisco no sólo seca a los moradores de las viviendas, sino que también puede sorprender a una madre que está amamantando. Cuando esta duerme, le succiona la leche de sus pechos, mientras entretiene a su bebé dándole a chupar su cola.
Este engendro también posee el poder de matar a quien lo vea, sólo con su mirada. Si solamente le alcanza a divisar un brazo o pierna, el individuo no muere, pero queda con aquel miembro paralizado por el resto de su vida.
El Imbunche
Se dice que cuando los brujos necesitan un cuidador para su cueva, raptan al primogénito de una familia para que cumpla dicha misión. También se dice que a veces es el mismo padre quien vende al niño, a cambio del favor de los brujos.
Este niño es el Imbunche (a.k. Ivunche, Invunche , Vuta Macho, Machucho o Chivato de la Cueva), a quien los hechiceros le quiebran una pierna, y luego la tuercen sobre su espalda. También le giran la cabeza hacia atrás y sus orejas, boca, nariz y dedos son torcidos. Además, le aplican sobre su espalda un ungüento que le hace crecer un pelo grueso. Para caminar se apoya en su pierna buena y en sus dos brazos y manos, por lo que se dice que anda en tres patas. Los brujos también le dividen la lengua en dos, para que no pueda revelar los secretos de su secta. Por eso el Imbunche no puede hablar y sólo emite sonidos guturales, similares al balar de un chivo.
Cueva de Quicaví
Se dice que en la localidad de Quicaví, comuna de Quemchi, se encuentra una cueva llamada la Casa Grande. Esta es la guarida donde vive el Brujo Supremo y en su interior hay una serie de poderosos objetos mágicos. La Cueva tendría su entrada en una quebrada y mediría aproximadamente 200 metros de largo.
Aunque unos pocos afirman haberla encontrado, nadie que haya entrado en ella, volvió a salir. Sin embargo, muchos aún la buscan, pues ambicionan obtener los poderosos objetos mágicos que allí se esconden.
El Pillán
Antes de la llegada de los españoles, los mapuches y sus espíritus vivían en paz. Pero con la llegada de los europeos y su mitología cristiana, se produjo una mezcla de ambas religiones. Debido a este proceso de sincretismo, nace el Pillán y otros espíritus malignos.
La más poderosa de estas divinidades era el Pillán, dios del trueno y proveedor del fuego. Este dios provoca los temblores de la tierra, las erupciones volcánicas y los relámpagos. El Pillán tenía como servidores a otros espíritus llamados wekufus, que para hacer el mal poseían la facultad de transformarse. Los mapuches atribuyen a estos espíritus todas las enfermedades y algunos de los fenómenos meteorológicos que ocurrían a destiempo, como por ejemplo, que lloviese al momento de recoger la cosecha.
El Trauco
Según la leyenda, se trata de un hombre deforme y de baja estatura, que habita en los bosques de la región. Sus facciones son gruesas y toscas, y su cuerpo, además de asemejarse al tronco de un árbol, está cubierto de fibras de quilineja (planta trepadora usada para la fabricación de canastos y cordeles). Usa un gorro en forma de cono y porta una pequeña hacha de piedra llamada pahueldún, con la que es capaz de derribar cualquier árbol, pues tiene la fuerza de un gigante. Tiene instintos lascivos y siempre anda en busca de una mujer para abusar de ella.
La Pincoya
Es una mujer de extraordinaria belleza que representa la personalidad de los mares y las playas. Sale de la profundidad de las aguas para danzar en las playas o sobre las olas, semi-vestida con un traje de algas. Cuando su baile mira al mar, significa que abundarán los peces y mariscos. En cambio, si observa hacia la playa, los peces y mariscos serán escasos. Si por la ausencia de la Pincoya la escasez se mantiene, es posible hacerla volver por medio de una ceremonia mágica donde intervienen brujos o machis. Su inseparable compañero es el Pincoy.
La Fiura
Es una mujer de aspecto horrible, pequeña estatura y mal aliento, que habita sola en los bosques. Es coqueta, se baña en las vertientes o cascadas, y luego peina su larga y abundante cabellera con un peine de cristal. Después del baño, se sienta sobre el musgo y permanece desnuda durante horas.
Se deleita haciendo el mal a quienes la rechazan, sean animales o humanos. El mito dice que la Fiura los tuerce con el poder de su aliento. Sin embargo, tiene gran poder de seducción y cuando logra atraer a su víctima, lo enloquece.
El Camahueto
Se trata de un animal parecido a un ternero, de pelaje plomizo muy brillante. En la frente posee un cuerno dorado que brilla a la luz de la luna.
Quienes lo han visto, dicen que es un animal muy ágil y vigoroso, de gran hermosura. Nace y habita en las quebradas donde hay una caída de agua o lagunas pantanosas. En ese lugar permanece hasta los 25 años y después emigra al mar, pero para llegar a su destino, destruye la naturaleza y los sembradíos circundantes. Por eso, cuando un agricultor sabe que un Camahueto vive en su terreno, busca un machi o brujo para que lo atrape con una soga de sargazo en el plenilunio y lo conduzca al mar sin causarle daño.
Las Tres Pascualas
A fines del siglo XVIII, en Concepción, vivían tres hermanas conocidas como las tres Pascualas. Como era su costumbre lavar juntas la ropa en una laguna cercana, se las veía frecuentemente afanadas en esta labor. Hasta que una tarde encontraron sus cadáveres flotando en el agua. ¿Qué les sucedió?
Según cuenta la leyenda, las hermanas se enamoraron del mismo hombre, quien las sedujo y luego, las abandonó. Desesperadas, ellas decidieron terminar con sus vidas y se arrojaron a la laguna. Inexplicablemente, se formó un gran remolino y las aguas, furiosas, se desbordaron. Cuando la quietud volvió, la laguna tomó la forma de la luna en cuarto menguante.
Otra versión dice que a la casa donde vivían con su padre habría llegado a hospedarse un forastero. El hombre se enamoró de las tres muchachas y cada una, en secreto, le correspondió su amor. Sin embargo, él no supo a cuál de las tres escoger, así que las citó a la laguna en la noche de San Juan. Las esperó sentado en un bote y cuando vio su reflejo, desesperado, comenzó a gritar: ¡Pascuala!… ¡Pascuala!… ¡Pascuala! Las tres creyeron ser las elegidas, y entraron en la laguna y se ahogaron. Desde entonces, se dice que en las noches de San Juan, en la laguna aparece un bote y se escucha una voz angustiada que llama a las muchachas.
La campana de Rere
Rere es una localidad ubicada en la Octava Región de Chile y en ese lugar es famosa la leyenda de la campana de un antiguo templo que resultó destruido durante un terremoto. Esta campana se hizo gracias a las donaciones de diferentes personas, quienes entregaron joyas, monedas de oro, plata, cobre, bronce y otros metales. La aleación de todos estos metales le dio un maravilloso tañido, que se escuchaba a muchos kilómetros de distancia.
En una ocasión, se quiso llevar la campana a Concepción y para trasladarla usaron una carreta tirada por varias yuntas de bueyes. Pero a poco andar no hubo fuerza que lograra hacerla avanzar, y se decidió devolverla a su lugar de origen. Sin embargo, para cargarla de vuelta solo se necesitó una yunta de bueyes.
El volcán Domuyo
En la cima del volcán Domuyo vive la mujer española que se enamoró del Sol. Ahí guarda un gran tesoro que muchos ambicionan, pero nadie ha logrado alcanzar, pues las joyas, el oro y la plata está custodiado por dos poderosos guardianes.
Aquellos que se arriesgan a subir el volcán, son atacados por los guardianes: un brioso toro y un gigantesco caballo negro. El primero en embestir es el toro, que al correr por el cerro llama a los truenos y de inmediato poderosas tormentas caen sobre el aventurero que sube la ladera. Si eso no detiene al osado buscador de tesoros, el caballo negro galopa en la cima y a su paso caen rocas y la tierra se desliza hasta aplastar al desdichado.
Mitos de la zona austral
En la zona Austral de Chile, la mitología chilena nace de la cosmovisión de los nativos australes, como los aonikenk, kawésqar, selk’nam y yagán. Incluye mitos como el Gualicho, Ayayema, Temáukel, Watauinewa, Habshi, El-lal y el origen de la planta del Calafate, entre otros. También destaca el mito de los Gigantes Patagónicos, originado en las primeras expediciones europeas a la región y que probablemente tengan relación con las Torres del Paine.
Sin embargo, dentro de la mitología chilena de esta zona, la más potente es la creada por el pueblo Selk’nam…
Mitología selknam
La mitología selk’nam es el conjunto de mitos del pueblo selk’nam, compartidos también por el pueblo haush, en la Isla Grande de Tierra del Fuego. Su difusión es principalmente oral, y sus relatos eran narrados, casi exclusivamente, por ancianos. Los hombres más jóvenes no contaban relatos extensos y las mujeres se limitaban a escuchar.
A menudo, el narrador agregaba al relato ideas propias, lo que dificulta el registro de los mitos. Por ello, su mitología surge de la recopilación de diferentes fragmentos de sus leyendas. En la actualidad, la mitología selk’nam se conoce principalmente gracias a los trabajos del etnólogo austriaco Martin Gusinde y de la antropóloga franco-estadounidense Anne Chapman.
Cosmología
En la mitología selk’nam y haush, el cosmos se divide en cuatro sho’on o cielos del infinito, los cuales representan los cuatro puntos cardinales:
- Kamuk: Cielo del Norte.
- Kéikruk: Cielo del Sur.
- Kenénik: Cielo del Oeste.
- Wintek: Cielo del Este. Es considerado el más importante de los cuatro sho’on, por ser el lugar de residencia de Temáukel y el origen de todo lo existente.
Cada uno de los shó’on se asociaba a una de las estaciones del año. El Kamuk simbolizaba la primavera y el verano, el Kéikruk al invierno, el Kenénik al otoño y, el Wintek simbolizaba todas las estaciones y, posiblemente, también al tiempo.
Dioses y espíritus
La religión de los selk’nam es considerada politeista, porque existen muchos seres que son como dioses. No obstante, solo Temáukel es reconocido como un dios, mientras que los demás son identificados como antepasados mitológicos. Por otro lado, estos “antepasados mitológicos” poseen características propias de las deidades. Por lo anteriormente descrito, es más apropiado considerar que la religión selk’nam era de carácter henoteista.
De este modo, nos encontramos con un ente superior, similar al dios de las religiones abrahámicas, que corresponde a Temáukel; y a dioses o antepasados mitológicos, llamados howenh. El primero en habitar la Tierra fue Kenos, dios creador y terraformador, y el último, Xalpen y sus subordinados, los shoorts, habitantes del inframundo. Adicionalmente, se mencionan otros espíritus que habitaban los bosques, pero que no tienen mayor relevancia dentro del sistema de creencias selk’nam.
Su panteón está compuesto por:
- Temáukel: es el dios supremo del panteón selk’nam y haush. Es un dios primigenio, por lo tanto, siempre ha existido y es el creador del Wintek (cielo del Este) y de la Tierra primitiva.
- Howenh: los howenh constituyen las grandes fuerzas de la naturaleza, aunque antes de transformarse en dichos elementos, existían como humanos. Entre los más importantes está Kenos, el primero de los howenh; Kwányip y Čénuke; Kojh, howenh del mar; Kren, howenh del sol; Kre, howenh de la luna; Josh, howenh de la nieve; y Shenrr, howenh del viento.
- Kenos: fue el primero de los howenh en habitar la Tierra. Es el dios creador, organizador y civilizador en la mitología selk’nam, y la deidad más importante después de Temáukel. Fue enviado por él desde la Cúpula Celeste a la Tierra primitiva, con la misión de organizarla y crear a los antepasados mitológicos que darían forma y orden a la Tierra.
- Kwányip y Čénuke: a Kwányip se le atribuye la distribución del día y la noche de manera equitativa. También se le atribuye la instauración de la muerte, y con ello, el término de la era de los howenh y el inicio de la era de los mortales. Por su parte, Čénuke fue el adversario de Kwányip y una vez que Kenos abandonó la Tierra, Čénuke le sucedió en su tarea de lavar a las personas que se levantaban después del sueño senil.
- Xalpen y los siete shoorts: Xalpen es la diosa del inframundo y, al igual que los demás espíritus del Hain, sólo subsiste en la creencia de mujeres y niños. Tiene siete acompañantes denominados shoorts o soorts: Sate, Yoisik, Wakus, Keyaisl, Talen, Pawus y Sanu. Además de ellos, hay una gran cantidad de soorts subordinados a quienes no se les asigna un nombre específico.
Leyendas de la zona austral
El dedo del indio patagón
La leyenda cuenta que una noche estaba un marino frente al monumento de Hernando de Magallanes en Punta Arenas, cuando de pronto se quedó mirando fijamente al indio patagón que complementa dicha estatua. Entonces se le ocurrió tatuarse la figura del indígena y buscó un artista especialista para que hiciera el trabajo.
El tatuaje quedó tan bien, que parecía cobrar vida a cada movimiento del marino. Los ojos parecían mirar y le temblaban las mejillas, pero lo que más llamaba la atención era el dedo gordo del pie, que se agitaba al moverse la piel.
El marino, al mirar su tatuaje frente al espejo, consultó mentalmente si su empresa tendría éxito. De pronto vio que el dedo gordo del indio se sacudió afirmativamente. Feliz con la respuesta, se dirigió al puerto para embarcarse.
Al pasar por el monumento, se detuvo junto a la figura del indio, y golpeándose el pecho, dijo: “aquí te llevo, amigo. Quiero ser tan fuerte como tú, y que no me entren balas”. Luego cogió el dedo gordo del pie y le dio un gran beso, diciendo: “Ayúdame, dame suerte”.
Meses después, el marino regresó a Punta Arenas, radiante de alegría por lo bien que le había ido durante su viaje. Y así fue como nació la costumbre de que quienes pasan frente a la estatua de Hernando de Magallanes, tocan el dedo del pie del indio, pidiendo protección y ayuda.
La ciudad de los Césares
Se dice que en algún lugar de la cordillera de los Andes, junto a un lago, existe una ciudad encantada. Esta urbe estaría rodeada de murallas y fue construida entre dos cerros, uno de diamante y otro de oro. Además tendría lujosos templos y palacios, innumerables avenidas, torres y fortificaciones. Las cúpulas de sus torres y los techos de las casas, lo mismo que el pavimento de las calles, son de oro y plata. Sus habitantes son altos, blancos y barbados; visten capa y sombrero con pluma y usan armas de plata. En esta ciudad nadie nace ni muere y nada puede igualar a la felicidad de sus habitantes.
Si alguien busca la ciudad, la tarea es casi imposible, ya que una espesa niebla la cubre y la corriente de los ríos que la bañan, aleja las embarcaciones que se aproximan. Sin embargo, los que allí llegan, son recibidos con amabilidad y mientras habiten dentro de sus murallas, pierden la memoria de lo que fueron. Pero si un día abandonan la ciudad, se olvidan de lo que allí han visto y vivido.
Mitología chilena insular
Mitos de Rapa nui
La mitología de la Isla de Pascua o más propiamente dicho, Rapa Nui, es particularmente hermosa, rica y única. La razón es que poseen una cultura de características propias, producto de ser la “isla más aislada” de la Polinesia y del mundo. Al igual que el conjunto de leyendas de la gran cultura polinésica, la mitología de la Isla de Pascua es principalmente marítima.
Su característica más destacada, es que presenta una cosmovisión particular, producto de la historia de Rapa Nui. Esto llevó a sus habitantes a crear explicaciones muy locales sobre la creación del ser humano, el mundo y la Isla de Pascua. Y posteriormente, aparecieron los mitos sobre “extinción” y posterior supervivencia en la isla. Estos hechos diferencian la mitología de Rapa Nui de otros mitos polinésicos y más aún, de la mitología continental americana y chilena.
Algunos de los mitos o personajes mitológicos más importantes son: Hau-Maka, Hiva, Hotu Matu’a, Make-Make, Tangata Manu, Uoke, Tangaroa, Hiro, Haua-tuu-take-take, Tive y Raraia hoa.
¿Quieres saber más de ellos? Aquí transcribo algunas leyendas…
Leyendas de Rapa Nui
Make – Make
El mito dice que Make-Make es el creador del mundo. Un día, mientras miraba la Tierra que había creado, sintió que algo le faltaba. Pensando en ello, por casualidad tomó una calabaza que estaba llena de agua, y al mirar dentro vio que su rostro se reflejaba en ella. Muy sorprendido por lo que había descubierto, saludó a su propia imagen y en ese preciso instante, un pájaro de posó sobre su hombro. Al ver su imagen en el agua Make-Make tomó su reflejo y lo unió con el del pájaro, y así nació su primogénito.
Después de algún tiempo, Make-Make pensó crear a un ser a su imagen, que supiera hablar y pensar como él. Por eso intentó fecundar las aguas del mar, las que se poblaron de peces. Desilusionado, fecundó una piedra en la que había tierra colorada y de ella surgió el hombre.
Make-Make se puso muy contento al ver que el hombre estaba formado a su imagen y semejanza, pero como encontró que se veía muy solitario, lo hizo dormir y fecundó una de sus costillas izquierdas, creando así a la mujer.
Se dice que en los tiempos antiguos, la tierra de Rapa Nui era muy grande y que Uoke, el dios devastador, usaba una palanca para hundir o levantar la tierra. Cierto día, cuando Uoke estaba divirtiéndose levantando parte de Rapa Nui, se le quebró la palanca y de esa manera, Rapa Nui quedó más abajo y como solo afloraron las cúspides de las montañas, el continente sobresalió. Fue así como se formó la isla, bautizada con el nombre de Te-Pito-Te-Henua o El Ombligo del Mundo.
Aku-Aku, el secreto de los diablos
Una calurosa tarde de verano en Rapa Nui, unos demonios se sacaron la ropa para dormir una siesta. En ese momento pasó por ahí un joven llamado Takuihu, quien observó con gran asombro que los cuerpos de los demonios no tenían carne y eran solo esqueletos. Cuando ya se iba, los demonios lo vieron y por temor al ridículo que sufrirían si el joven contaba que eran puros huesos, decidieron matarlo.
Rápidamente dieron alcance a Takuihu y lo interrogaron sobre lo que había visto. El joven los convenció de que no había visto nada, por lo que lo dejaron ir. Pero decidieron espiarlo para ver si mentía. Durante dos días lo vigilaron y estuvieron atentos a todos sus comentarios, pero como el isleño conocía sus planes, jamás habló del tema con otras personas. Finalmente, los diablos decidieron retirarse con la plena seguridad de que el secreto de sus cuerpos no iba a ser conocido por nadie.
Cuando Takuihu se vio libre, tomó un trozo de toromiro (árbol endémico de esta isla) y talló en él la horrible figura que había quedado grabada en su memoria. Así fue como se crearon las imágenes de estos diablos con forma de esqueleto.
Mitos del archipiélago de Chiloé
La mitología chilena en Chiloé se formó a partir de la mezcla de las antiguas religiones de los pueblos chonos y huilliches, y de las leyendas y supersticiones traídas por los españoles, que en 1567 comenzaron la conquista de Chiloé. Con ello se inicia el proceso de sincretismo que terminaría por crear una mitología propia, muy rica, amplia y compleja.
Esta mitología creció y prosperó independientemente de otras creencias y mitos que existían en Chile. Esto se debió al aislamiento que sufrió el archipiélago, cuando quedó separado del resto de las posesiones españolas en Chile debido al poder del Ngen Mapu!! Bueno, en realidad esto se produce después del desastre de Curalaba, en 1598. Los españoles, derrotados, abandonan todas sus ciudades entre el río Biobío y el canal de Chacao. Este evento inicia el proceso que pondrá fin de la Conquista y el inicio de la Colonia. Y razón del aislamiento de Chiloé.
Jerarquía de criaturas mitológicas chilotas
El rango más alto corresponde a Tenten Vilu y Caicai Vilu, quienes tras una lucha titánica, crearon el Archipiélago de Chiloé. Más abajo estaría el Millalobo, como Rey de los mares, junto a su mujer, la Huenchula y sus tres hijos: el Pincoy, príncipe de los mares; la Pincoya y la sirena chilota como princesas de los mares. El Millalobo otorga diferentes rangos a distintas criaturas mitológicas marinas. Por otro lado, las criaturas terrestres no poseen jerarquía.
También existen los brujos, humanos que poseen la capacidad de volar y dominan a varias criaturas mágicas, como el Invunche. Además se recurre a las machis, brujas benignas de la cultura y religión mapuche, pero que en Chiloé tienen características diferentes.
Personajes mitológicos
Para una mejor comprensión de lo amplia y rica que es la mitología chilena en Chiloé, aquí hay un listado de la inmensa cantidad de leyendas y seres mitológicos que la componen. Y para una mejor descripción, los separo en mitos acuáticos y terrestres:
- Mitos acuáticos: caballo marino chilote, Caicai, Caleuche, Cahuelche, Cuchivilu, Cuero, Curamilla, Huenchula, Huenchur, Lucerna, Millalobo, Pincoy, Pincoya, sirena chilota, Tempilcahue, Trehuaco, vaca marina chilota
- Personajes terrestres: ánimas de Cucao, Basilisco chilote, Camahueto, Coñipoñi, Coo, Deñ, Fiura, Invunche, la Condená, la Llorona, Lluhay, Mandao, Piruquina, Piuchén, Raiquén, Tenten (o Tren tren), Trauco, Vilpoñi, la Voladora.
Con esto terminamos este viaje por los mitos y leyendas de Chile, y por lo que se puede apreciar, su variedad y riqueza es increíble. Por ello, puedo afirmar con toda confianza que mi hipótesis es correcta: la mitología chilena es una de las más ricas, extensas y complejas del mundo mundial.
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Fuentes:
- J.M. Losada; M. Guirao. Myth and Subversion in the Contemporary Novel (en inglés y español). Newcastle upon Tyne: Cambridge Scholars Publishing. p. 9. ISBN 1-4438-3746-6.
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