
Cuando Edouard Marinet tenía 10, un profesor lo hizo estudiar el mundo de los insectos a sus alumnos, pero de una forma muy obsesiva. Y esta fascinación caló hondo en el joven francés, tanto que hoy, con más de 40 años, Marinet es el más virtuoso insectófilo que yo conozca. Aunque la verdad, no conozco…