Hace un par de días leí los cuatro números publicados a la fecha de The Bounce (Joe Casey, David Messina, et al). Llegué a este cómic luego de leer una reseña en Multiversity Comics dónde decían cosas tales como: “This decidedly street-level high-flying adventure will leave you scratching your head, wondering how the world of cape comics has existed without a character like this for so long”, o: “(The Bounce) turns the genre of superhero comics on its head, offering a fresh take on the action adventure stories we have come to expect from a masked vigilante”. A decir verdad, no vi en el número uno, ni en los subsiguientes, ninguna seña de que el género estuviese siendo puesto “patas arriba” ni mucho menos. O el tipo que escribió la reseña es un fan acérrimo de Joe Casey, o yo he perdido mi capacidad de asombro.
Tal vez recuerden a Joe Casey de títulos comoWildcats 3.0, Uncanny X-Men, The Intimates,Adventures of Superman, o G.I. Joe: America’s Elite. Yo lo recuerdo por Automatic Kafka (junto a Ashley Wood) y por formar parte del colectivo Man of Action, creadores de Ben 10 y Generator Rex. A Messina no lo recuerdo de nada, aunque su estilo sí me recuerda a otro dibujante de cómics: Kevin Maguire. Y ya que estamos en esta suerte de mnemotécnia… The Bounce (el personaje) me recuerda mucho a Speedball de Marvel, un superhéroe menor que cobró cierta relevancia durante Civil War y Dark Reign. Y claro, The Bounce también me recuerda mucho a Spider-Man, y cabe mencionar que fue en The Amazing Spider-Man Annual #22, que Speedball hizo su debut. ¿Y saben a qué otra cosa me recordó The Bounce? A Planetary, especialente a dos números: el #14 (Zero Point) y el #21 (Death Machine Telemetry/The Consultation).
En fin, a cinco días de haber comenzado este post lo único que permanece en mi memoria de The Bounce es el “supervillano” colombiano (del norte del valle), y las comillas van porque no es un villano realmente sino un pobre sujeto que sirvió como conejillo de indias y que buscaba ayuda por las buenas o por las malas (más bien malas) en los EE.UU. sin hablar una sola palabra en inglés.
Cuando aparece un personaje hispano o latinoamericano en los cómics de superhéroes, estos suelen ser extremadamente estereotípicos con nombres como “La Bandera” u “Ojo Macabra” (sí, Ojo Macabra, con “a”) y pasaportes de países como “Tierra Verde” o “San Gusto”. Además, sí hablan en español, suele ser un muy mal español. En lo que a The Bounce respecta, se agradece el esfuerzo por conseguir que su personaje colombiano hablase en un español correcto, estuvieron a punto de lograrlo. Esto me recuerda aquel asunto del “Alambique despierto”, pero hablaremos de eso en una próxima entrega del cada vez más esporádico Calabozo. Cheers!
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