Webcomics en Chile: los hijos perdidos de Condorito y Trollface

Como la mayoría de las cosas sobre cómics, el primer webcómic nació en EE.UU por el ’85 en uno de los servidores originales del país llamado CompuServe. Se titulaba Witches and Stitches y se trataba de una parodia del Mago de Oz. Pronto le siguieron otros, también de carácter humorístico, pero no fue hasta la década del 2000 que la cosa se popularizó con la llegada de la Web 2.0, eso de que cualquier persona -con conexión a internet y talento- pudiera subir su viñeta y tener éxito.

En Chile, tierra fértil para una industria pequeñísima de cómics en general, en donde las editoriales nunca han sobrado, los webcómics han sido regalos caídos del cielo. Varios artistas que no podrían haber llegado a un público masivo sin una editorial detrás de ellos, encontraron en el internet una herramienta de difusión, y en la actualidad existen unos cuantos webcómics nacionales.

Siento y Miento

“El webcomic, por sobre el cómic tradicional, tiene la gran ventaja de la inmediatez: encuentras el link, clickeas y lees”, opina Alfredo Rodríguez, autor de Siento y Miento, un webcomic chileno que comenzó su publicación en el 2010, en el 2011 sacó su primer libro y actualmente se encuentra en su tercera temporada. Siento y Miento nos muestra a Alfredo, el protagonista -basado en el autor a modo autobiográfico-, a quien vemos en compañía de su familia vivir situaciones cotidianas que en general dan cuenta de un humor con el cual el lector siente empatía.

“Creo que Chile siempre ha tenido un cómic de muy buen nivel y hoy, gracias al internet, un nuevo boom de la gráfica chilena y la presencia de artistas talentosos, nuevamente ha recuperado visibilidad”, señala Alfredo en relación al fenómeno de los webcomics, explicando que lo que lo motivó en primer lugar a subir sus viñetas fue el tema de la inmediatez “quería hacer algo que pudiera mostrar sin tener que construir un enorme producto que fuera publicable. Además, en ese momento prácticamente no existían editoriales interesadas en publicar cómic. Por eso la web parecía ser la mejor alternativa para mostrar mi trabajo”.

Para Marco Canepa, “Can”, el autor del famoso Juanelo aquel monito blanco con actitud irreverente-, lo que dice Alfredo es verdad “antes, si querías tener un cómic o ilustrar, tenías que dedicarte a eso. Hoy, gracias a internet, puede ser un hobby hasta que crece lo suficiente para ser un negocio -si es que llega a serlo-. Chile, como país chico, no da para vivir del dibujo, pero gracias a internet, tu trabajo también se puede hacer conocido afuera”. Para Can, la ventaja principal del webcómic se encuentra en la rapidez “lo digital permite una instantaneidad para que tu obra llegue al público, sin costos de impresión ni distribución y además permite la interacción con el usuario, que es quizás lo más rico. Creo que en el webcomic es fundamental eso último, el modo en que te relacionas con tus lectores”.

Juanelo

En el mundo de los webcomics también existe otra arista más cercana al humor de los famosos memes de internet, hija de la Web 2.0 y de espacios online como Jaidefinichon, Porlaputa, Laweaimbecil (actualmente fuera de línea) y Futurabandera.

Se trata de webcomics que en su mayoría son creados por jóvenes, con temáticas de humor político y social, críticas al sistema o simplemente un humor que se alimenta de la cultura pop. “Internet en sí funciona con un lenguaje propio, separado del mundo real”, dice Puklin, creador de The Comic Fome, un sitio web en donde se pueden encontrar las viñetas de más de una docena de autores, todos ellos compartiendo un humor que sigue una línea irreverente y que esperan en el futuro sacar una colección en papel.

“Se está creando una nueva generación de jóvenes dibujantes chilenos que está creciendo de a poco por medio del internet”, explica con respecto a cómo ha ido formándose The Cómic Fome. “Cada uno de los integrantes de la página tiene su propio cuento y sus propios fans. Creo que de a poco se está creando cada vez más una subcultura que está apreciando al cómic por lo que es y apoyándolo realmente”.

el-comic-fome

Entre chistes

¿Y por qué el humor? Afredo, Can y Puklin concuerdan en que el motivo tiene relación con la idiosincrasia chilena. “Creo que los chilenos queremos reírnos, queremos vernos, queremos criticarnos y queremos que los autores sean nuestras voces respecto a lo que sentimos, a lo que vivimos”, opina por una parte el autor de Siento y Miento, mientras que el jefe en The Comic Fome es firme al creer que es porque en nuestro país no estamos acostumbrados a leer cómics que no sean de humor “debe ser que en el subconsciente está Condorito y el que un cómic tenga que hacer reír para cumplir su misión”. Para Can el tema está ligado a que el humor es algo masivo y más fácil de hacerse conocido “el tema de las historietas siempre ha sido para un público más de nicho y en esa área Chile está sacando harto trabajo bueno, aunque casi siempre en papel. Me parece que el formato web es ideal para lecturas rápidas, para algo que puedes ver en un par de minutos”.

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Humor Meme

Pero por muy exitosos que sean los webcomics, al parecer aún no reemplazan a los cómics tradicionales. Como dice Alfredo: “Es muy raro que un webcomic exitoso no termine impreso, porque para mí, independiente de las nuevas tecnologías, el papel sigue siendo la forma más natural y agradable de leer”.

Del lado del lector, Diego Saenz-Laguna, de 24 años, concuerda con esta opinión. Se inició leyendo un webcomic de Mortis que encontró en un link en Taringa y de ahí siguió con otros. Para él, el webcomic es un buen medio de difusión, pero no el fin en sí mismo “creo que los cómics deberían ser cómics: veintitantas páginas unidas con una grapa. Si una publicación en papel quiere mejorar su difusión puede fragmentar su contenido en distintos webcomics”, agregando que “al medio del comic le faltan menos relacionadores públicos y más críticos”. Diego comparte la opinión de Can con respecto al humor en los webcomics, eso de que se da porque es más fácil hacer “un chiste de tres viñetas que generar una serie con un arco argumental más largo”.

Más Mafalda, menos Condorito

Mafalda

¿Serán los webcomics los herederos de Condorito? Hartas cosas tienen en común. Sin embargo, por lo menos para algunos, los webcomics están en una liga distinta. Para Diego, Condorito representa todo lo que no hay que hacer en un webcomic: “Creo que Mafalda es el referente para cualquiera que está metido en el negocio del webcomic. Si lees las tiras cómicas, cada una funciona por sí sola, pero también son parte de una historia más grande que se va hilando de manera casi imperceptible. Condorito es la antítesis de eso”.

“Si Quino hubiese empezado su Mafalda el 2010, lo hubiese hecho en un blog ¿Sería peor o mejor comic por eso? Yo creo que no”, Opina Can, agregando que “el sustrato es irrelevante, es la obra la importante y material hay de sobra para que surjan dignos herederos de los clásicos del cómic. De hecho, ya los hay”.

Puklin dice que “los webcomics son los hermanos abortados de las tiras cómicas tradicionales”, afirmando que los webcomics son otra cosa, con menos reglas y un mayor contacto con su público. Por lo menos hasta ahora, seguirán siendo una mezcla mutante entre lo tradicional y lo pop del internet.

por Judith Herrera

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5 comentarios en “Webcomics en Chile: los hijos perdidos de Condorito y Trollface

  1. puklin ql rico:$

  2. muy buena nota excelente felicitaciones

    1. nos gusta que te guste… y gracias por comentar y compartir!!

    1. el placer es nuestro… y gracias por comentar y compartir!!!

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