Un profundo y serio análisis respecto de un profundo y serio tópico: los nombres de las ramadas.
Empezó la temporada de fondas, ramadas, clandestinos y brebajes de dudosa calidad que únicamente destruyen neuronas y exaltan el chovinismo. Es decir, el momento preciso para salir con la familia, pareja o amistades a uno de las tantos festejos distribuidos a largo y ancho de Chile.
Ya sea en el Parque O’Higgins, el Intercomunal de La Reina, Estadio Recoleta o Las Vizcachas, notarán que todos los años cambian el nombre de los locales. Tal vez nos encontremos con los mismos dueños, los mismos familiares o los mismos compradores, pero el nombre de fantasía cambia, del noventero “Adrenalina” o “La fonda del Juan Burro”, hasta las contemporáneas “La longaniza de Onur” o “La empaná de Sasha Grey”. ¿Qué escondemos en estos nombres?
Encontramos ramadas con todo tipo de apelativos, algunos sacados de la contingencia, otros de los chascarros y sobretodo, de la cultura popular, todos llamados de atención atractivos para el ciudadano de a pie, para que se sienta partícipe de las Fiestas Patrias. Es que en el cumpleaños de Chile todos nos queremos sentir en casa y que mejor que con un chiste, con la picardía del chileno.
Por eso, este año no se sorprendan si encuentran fondas dedicadas a la actual Presidenta, a las muletillas de un político o a un juego de palabras aludiendo a una estrella de la farándula o la pornografía. Porque este 18 es para celebrar y reír. ¡Felices fiestas!
por Emiliano Navarrete
Carteles divertidos de Fondas y Ramadas
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