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Los años de Allende: notas al margen.

viñeta cómic Los años de Allende

Los años de Allende es un cómic lleno de nostalgia e historia, que además incluye detalles que solo sus autores conocen y que acá develan, como una nota al margen…

por Carlos Reyes

Si estás leyendo esto puede ser por varias razones, pero me atrevo a conjeturar que dos de ellas podrían ser:

  1. Ya tienes tu volumen de Los años de Allende de Elgueta y Reyes en tus manos y quieres leer las notas de este apéndice para complementar lo que ya has leído o estás leyendo.
  2. No has leído el libro, pero tienes interés en nuestra novela gráfica y quieres saber de qué va todo este asunto.

La novela gráfica “Los años de Allende” ha sido escrito para ser comprendido sin necesidad de leer este apéndice, pero hacerlo te ayudará a entender mejor ciertas decisiones que tomamos o a descubrir pequeños detalles que tal vez no conocías.

Notas al margen.

Página 20; viñeta 6

El arte callejero, potente y anónimo de las brigadas muralistas hizo de sus intervenciones en las paredes de la ciudad un hito importante en el proceso político del 70. En la viñeta mostramos un trabajo de la juventud socialista que tomamos del libro “Puño y letra” (Ocho Libros) escrito por el diseñador Eduardo Castillo Espinoza sobre el cartel, el diseño y la expresión gráfica ligada a la propaganda política chilena.

El artista, escenógrafo y muralista Alejandro, Mono, González se refiere en el volumen de Castillo, entre otras cosas, a los cascos que usaban en ese entonces para “proteger a los brigadistas de las pedradas y confrontaciones a las que siempre estuvieron expuestos”. Sobre el arte gráfico que usa el espacio público como soporte político aún hay mucho que investigar. El trabajo de Castillo viene a saldar parte de esta deuda.

Página 21; viñeta 3

Desde aquí hasta la página 24, los ficticios hechos narrados suceden en el conocido Palacio Bruna, ubicado en pleno Barrio Lastarria frente al Parque Forestal en la ciudad de Santiago.

Esta mansión del empresario del salitre Augusto Bruna fue adquirida en 1939 por la Embajada de Estados Unidos y desde 1962 fue usada como consulado de ese país. En la actualidad cobija a la Cámara Nacional de Comercio de Chile. Junto al periodista Claudio Aguilera, compañero en esta primera parte del guión (tarea que debió abandonar por razones laborales), nos pareció una buena (y probable) locación para comenzar el periplo del personaje John Nitsch en el Chile de 1970.

Página 22

Edward M. Korry (1922-2003), que conoce brevemente a John en esta recepción, fue efectivamente el embajador norteamericano en Chile entre 1967 y 1971. Como lo señala el investigador y director de la parte correspondiente a Chile del National Security Archive, Peter Kornbluh en su libro “Los EEUU y el derrocamiento de Allende” (Ediciones B), el 6 de octubre de 1970 Korry escribió a Kissinger: “He quedado anonadado al descubrir que existe connivencia (tachado) conspiración golpista (…) podría ser un desastre irremediable para los EE.UU. (…) y podría dañar gravemente los intereses estadounidenses en toda América Latina, si no más allá”. Muchos creyeron poco probable que Korry, en su calidad de embajador, no hubiera conocido de primera fuente los intentos de la CIA y Nixonpor derrocar a Allende, pero al desclasificarse parte de los archivos secretos quedó en evidencia que Nixon no se fiaba de su embajador y decidió actuar sin informarle de todo.

Para sumar a la amplia bibliografía sobre el actuar de Korry y la participación de Estados Unidos en el golpe de estado chileno, recomiendo leer la notable entrevista que el historiador Joaquín Fermandois y Arturo Fontaine T., director del Centro de Estudios Públicos (CEP) realizaron a Korry en 1996 en Santiago de Chile, disponible en los archivos digitales de la C.E.P.

Página 27, 28 y 29

La Peña de los Parra, ubicada en la casona del pintor Juan Capra, en Carmen 340, fue el epicentro del activo movimiento político-musical de La Nueva Canción Chilena que tuvo a la emblemática figura de Violeta Parra como una de sus precursoras. El movimiento se inició en Chile en los años 60 y está inextricablemente unido al proceso de la Unidad Popular. Lo integraron artistas como Isabel Parra, Víctor Jara, Patricio Manns, Rolando Alarcón, Payo Grondona, Osvaldo “Gitano” Rodríguez, Ángel Parra y los grupos Quilapayún, Inti Illimani yCuncumén, por mencionar solo a algunos.

Eduardo Carrasco, miembro fundador de Quilapayún, describe parte de ese fervor creativo en su libro “La revolución de las estrellas” (Las Ediciones del Ornitorrinco) en el que afirma que gracias a la figura de la peña “La canción de texto por fin tenía un lugar donde existir” y agrega que tanto para: “Víctor (Jara), como para Violeta (Parra), el canto era una manera de recuperar la memoria de los orígenes”. El músico Álvaro Godoy escribe en el Nº 62 de la revista contracultural “La Bicicleta” de agosto de 1985: “La peña de los Parra fue como un pequeño corazón musical intelectual, político y bohemio, no solo de la canción, sino de gran parte de una generación que marcó la vida de este largo país”. En la primera viñeta de la página 17 en que Claudia y John bailan cueca, pueden ver a la izquierda a Ángel Parra y Rolando Alarcón y a la derecha, a otra pareja de célebres bailarines: Isabel Parra y Víctor Jara, dibujados porRodrigo Elgueta, a partir de una fotografía sin créditos, publicada en la portada de “La Bicicleta”. A modo de colofón, en la web: elsitiodeyungay.cl, Ricardo Silva Rivera da cuenta de la demolición de la vieja casona de la peña el día jueves 24 de abril de 2008. El terreno pertenece actualmente a la Universidad Católica Silva Henríquez.

Página 31; viñeta 5

Muchos podrán reconocer en la mujer de gafas oscuras de la última viñeta, a la vehemente entrevistada de Patricio Guzmán en la primera parte de la imprescindible trilogía documental sobre la Unidad Popular:“La Batalla de Chile”. Jacqueline Mouesca en “Plano secuencia de la memoria de Chile” (Ediciones del Litoral) cita parte de una carta de Guzmán a su amigo, el cineasta francés Chris Marker, fechada en noviembre de 1972: “Nuestra situación política es confusa y el país completo está viviendo una situación de preguerra civil (…) cualquier guión, cualquier idea, cualquier tema, por actual que parezca, está completamente sobrepasado por la realidad (…) Lo que habría que hacer es un film de largometraje en el campo, las ciudades, las minas, las fábricas, los hogares, los puertos (…) una especie de mural, de totalidad, de gran fresco dinámico (…) en que aparezca en su globalidad la situación chilena”.

Guzmán, uno de los más importantes documentalistas del país, recién pudo estrenar en Chile su premiado film en 1998 en El Cine Arte Alameda tras el retorno de la democracia, pero hasta donde tengo entendido nunca ha sido emitido por la televisión abierta chilena (¿Hay alguien que me pueda ayudar a corroborar o desmentir este dato?) El paradero del camarógrafo del filme, Jorge Müller Silva, secuestrado en noviembre de 1974 por la policía militar de Pinochet, se desconoce hasta el día de hoy. El 10 de agosto de 2014, el diario La Tercera señala que en la lista de los 50 mejores documentales de todos los tiempos, según la revista inglesa Sight & Sound del British Film Institute, se han incluido dos filmes de Guzmán: La batalla de Chile y Nostalgia de la luz.
Para mayor información, visita el sitio web del documentalista Patricio Guzmán.

Página 35; viñeta 4

Famosa es esta portada del diario ¡Puro Chile!, donde que el controvertido personaje “El Enano Maldito”, dibujado por Jorge Mateluna, Orsus, celebra sarcásticamente la victoria de Allende. El personaje se publicaba en la viñeta de humor editorial de Puro Chile bajo el nombre de “El enano maldito acota”. Contaba con guiones del propio Mateluna, del director del diario José Gómez López y de su subdirector, Eugenio Lira Massi. Según el investigador Jorge Montealegre en su estudio “Historia del humor gráfico en Chile” (Editorial Milenio): “El nombre se inspira en un criminal chico y cabezón, que asesina a una mujer en el Hotel Princesa”.

Fue tanta la popularidad del personaje que se grabaron dos canciones con su nombre: “El Enano Maldito Acota” de Quilapayún y “Pensamientos del Enano Maldito” de Nano Parra. El propio Orsus describe así a su criatura en el artículo “Los recuerdos de un enano maldito”, disponible en el sitio especializado en historieta chilena, ergocomics.cl: “es sarcástico, siente rebeldía, se enfada con facilidad ante las injusticias, reacciona ante la humillación histórica impuesta a los trabajadores, es contestatario, agresivo, provocador, activista político y siempre dispuesto a reaccionar en cualquier momento, a costa de su integridad física o de su libertad ciudadana”.

Página 49

Era común que tras la victoria de Allende, La Alameda se convirtiera en una fiesta gigantesca y aquí quisimos dar cuenta de ello. Las referencias de la participación en estos eventos del internacionalmente reconocido animador de televisión chileno Mario Kreutzberger, Don Francisco, y del cantante de cumbias venezolano Luisín Landáez incorporadas aquí, nos fueron proporcionadas de primera fuente por el escritor Marcelo Mellado.

El periodista Claudio Sánchez en su libro “informó… Claudio Sánchez” (Editorial Catalonia, 2012) también recoge brevemente la anécdota de Landáez, figura de la cumbia que popularizara “La Piragua” y “Los cien años de Macondo” en las radios de todo Chile. Landáez participó activamente en la campaña de Salvador Allende al igual queHumberto Lozán, cantante de la mítica orquesta Huambaly. La canción que canta el grupo Intillimani es“Venceremos”, himno de la Unidad Popular. Su texto es de autoría de Claudio Iturra y la música de Sergio Ortega. Aunque la canción se la asocia más a Quilapayún fue popularizada e interpretada por ambas agrupaciones. Preferí entonces reservar la aparición de Quilapayún para el concierto que realizan de su fundamental pieza musical la“Cantata Santa María de Iquique” en el cine Gran Palace de la página 97.

Página 54

Las revistas “La Chiva” y “La Firme” son, para todos quienes amamos la historieta y el humor gráfico, dos mitos fundacionales. No solo por su calidad, sino también porque los ecos de su impacto siguen presentes hasta hoy en la escena del cómic local. “La Chiva”, creada en 1968 por los hermanos Alberto y Jorge Vivanco, Hervi y Pepe Palomo fue la antesala de “La Firme”, que nació en 1970 y concluyó abruptamente en 1973.

“La Chiva” es una de las primeras revistas de historieta auto-gestionada de Chile, de espaldas a la industria, cosa que después del quiebre editorial de mediados de los años 70, constituirá la única forma de mantener vivo el espíritu de la historieta chilena. Tras el triunfo de Allende, el equipo de autores y sus colaboradores se instalaron en la editorial estatal Quimantú para dar vida a “La Firme”, la historieta de educación popular del gobierno de Allende y que John conocerá de primera mano cuando visite Quimantú en 1972.

Página 55

Los argumentos que el muralista Alejandro, Mono, González esgrime ante John son una paráfrasis de diversas entrevistas y declaraciones del propio González. El nombre de las Brigadas Ramona Parra (BRP) de lasJuventudes Comunistas rinde homenaje a la joven obrera asesinada en 1946 en una manifestación de apoyo a los trabajadores del salitre.

Las BRP en 1970 ya contaban con 120 brigadas en todo Chile, 50 de las cuales funcionaban en la capital, según lo refiere Eduardo Castillo en su ya citado volumen “Puño y letra” (Ocho Libros). Otros grupos muralistas destacados fueron las Brigadas Elmo Catalán (BEC) y Lenin Valenzuela de las Juventudes Socialistas. Pintores como Roberto Matta y José Balmes trabajaron directamente con jóvenes muralistas o se inspiraron en su estética para crear sus propias obras. ”Era tanta la necesidad de espacios que hasta el más mínimo soporte disponible era aprovechado al máximo”, diría González quien junto a Danilo Bahamondes fueron figuras importantes de este movimiento que llenó las paredes de Chile como si fuesen las páginas de un diario alternativo cuyos titulares obedecieron al ímpetu de una suerte de prensa popular y callejera, creadora de una estética única y reconocible.

Página 59

El músico, cantautor, docente, actor, director de teatro, firme partidario de Allende y militante del Partido Comunista de Chile, Víctor Jara, es un mito fundacional de la música chilena.

Tras ser detenido el mismo 11 de septiembre fue torturado y brutalmente asesinado en el Estadio Chile, rebautizado hoy con su nombre. Sobre su canción “Preguntas por Puerto Montt” dijo: “… mis canciones no van dirigidas a las cosas de carácter personal. Vivimos en una sociedad cuyos valores están desequilibrados y contra esa sociedad y aquellos que marcan los destinos de esa sociedad es que van dirigidas mis canciones. Esto no excluye que yo pueda cantar a los valores más esenciales del ser como son el amor, la justicia y la libertad”. Junto con Rodrigo Elgueta nos une una gran admiración por Víctor Jara y aún abrigamos la secreta esperanza de realizar una novela gráfica sobre su vida y obra de la que, creo, hay un par de páginas ya bocetadas. Para mayor información, visita la web de Víctor Jara.

Página 62

En esta página, y a lo largo de toda la historieta, se encontrarán cada tanto con una pequeña parte de la enorme producción de carteles de reconocidos diseñadores chilenos. Los hermanos Antonio y Vicente Larrea, Luis Albornoz, Mario Navarro, Tomás Pérez Lavín, Jorge Soto Veragua, Waldo González y Mario Quiroz son algunos de los que dieron renovación formal y estilística al cartel chileno.

Mauricio Vico y Mario Osses afirman en su libro “Un grito en la pared” (Ocho libros) que hacia fines de los años sesenta: “El cartel, de simple pieza gráfica, pasó a convertirse en soporte complejo de comunicación (…) De esta forma el cartel, habiendo asimilado diversas fuentes de influencia, tanto externas como internas, se encontró preparado para su consolidación como soporte, lo que vino a ocurrir durante el período de la Unidad Popular”. En esta página destacamos varios carteles sobre la nacionalización del cobre: “¡Por fin el Cobre es nuestro!” de Hernán Vidal, Hervi, impreso por Quimantú; “Chile se pone pantalones largos” de Vicente Larrea; y “Cobre ya eres Patria” de la agenciaVanguardia del Partido Socialista, además de la reproducción de una estampilla de Correos de Chile.

Página 63

Algunos de los más destacados cineastas chilenos del período son Miguel Littín, Raúl Ruiz, Aldo Francia, Helvio Soto y los documentalistas Patricio Guzmán y Pedro Chaskel. “Voto + Fusil” (1971) el film de Helvio Soto que John ve en el cine, fusiona elementos de la realidad, la ficción y distintos periodos de la evolución política de Chile: la víspera de las elecciones y la ratificación del triunfo de Allende (1970); la construcción del frente popular (1937) y la promulgación de la ley maldita del Presidente Gabriel González Videla que declaró ilegal al Partido Comunista (1947) El tema central del film me pareció pertinente para ilustrar la dicotomía reforma/revolución, que se discutía profusamente en aquellos momentos y que se refleja habitualmente en las conversaciones entre Claudia, José y John.

En una entrevista realizada en 1972 por Hvalimir Badic, Sergio Salinas y Héctor Soto, publicada en el nº 1 de la revista “Primer Plano” y que puede consultarse en http://www.cinechile.cl/archivo-46, el propio Soto se explaya sobre el film: “Ya no es suficiente el carnet de militancia. Se requiere una disposición absolutamente libre que implica arriesgar tu propia vida. En esas condiciones, ¿soy yo capaz de ser revolucionario? Ahí me vine abajo. Sentí lo cobarde que soy. (…) cuando se discutía entre la vía electoral, y la vía armada, y las cosas se resolvían por la vía armada para llegar a la revolución, sentí que estaba en una tremenda encrucijada. El único que podía resolver era yo. Ningún partido, ningún amigo podía resolver por mí. Y ahí me encontré con mi propia debilidad. El personaje sigue esa evolución”. Parte de los comentarios de John sobre el film se inspiran en las reflexiones contenidas en el libro del historietista e investigador Vicente Plaza, “La imagen de los que hablan”.

Página 67

La conocida Confitería o Café Torres, ubicada en la Alameda Bernardo O’Higgins, y que visitan John y Neumann fue fundada en 1879 y se especializa actualmente en comida chilena. En la web oficial del café se puede leer: “Una familia de la aristocracia santiaguina tenía un mayordomo, José Domingo Torres, famoso por su buena mano para preparar mistelas, alfajores, faisanes, civet y otras exquisiteces.

Por lo que este afamado cocinero era solicitado en préstamo por otras dueñas de casas amigas de la familia. Llegó a tal extremo esta situación, que el patrón, aburrido de no contar casi ya con sus servicios, decidió instalarle un negocio propio” en el palacio Íñiguez. El lugar ha servido habitualmente como centro de reunión para políticos e intelectuales chilenos. Se dice que aquí se crearon el “Barros Luco” (sándwich de carne y queso fundido) en honor al presidenteRamón Barros Luco y el “cola de mono”, trago típicamente navideño (mezcla de leche, café, aguardiente y, preferentemente, clavos de olor)

Página 81

“Juístete”, la canción que escucha Marcelo, el taxista, pertenece al conocido humorista chileno de origen argentino Edmundo Arrocet von Lohse, más conocido como Bigote Arrocet, quien en 1971 y con solo 21 años, se presentó por primera vez en el Festival de la Canción de Viña del Mar.

Arrocet, que editó el single de esta canción en 1971 para RCA Víctor, permite esta escucha en la radio del auto de Marcelo, el taxista, que bien podría haber sido fan del humorista que volvió al escenario viñamarino en 1974, esta vez para cantar “Libre” del cantante español Nino Bravo, gesto que se interpretó como un homenaje a los miembros de la junta militar presentes en el evento. El artista, radicado actualmente en España, ha desmentido esa lectura: “Fue una canción popular del momento, que sirvió para homenajear a un grande de la música como fue Nino Bravo (…) sin fijarme en las interpretaciones políticas posteriores (…) Que cada cual diga lo que desee (…) que se pasen la película que quieran”, refirió el humorista al Diario La Cuarta, el 14 de noviembre de 2004.

Páginas 89, 90 y 91

Parte de la conversación que John mantiene con los dibujantes y guionistas Hernán Vidal, Hervi, yAlberto Vivanco en las oficinas de Quimantú está basada en una larga entrevista que hice a éste último. Un fragmento de ella se publicó en 2011 en el libro recopilatorio “La Chiva ¡y que jué!” (Feroces Editores) En la viñeta 2 de la página 91 destaca un número especial (y muy difícil de encontrar) de “La Firme” nº 42 titulado: “En el filo de la navaja”. La publicación, por primera vez exenta de humor, no fue realizada por el equipo habitual de la revista y me fue facilitado por Mauricio García, investigador y director del Museo de la Historieta de Chile. Mi sorpresa fue grande cuando al leerlo descubrí que narraba las aventuras de Jan Olssen, corresponsal de un diario de Copenhague y de su colega local, Cecilia Ramos en el Chile de septiembre de 1970 y de su relación con los hechos y personajes del escándalo CIA-ITT. La historieta no acredita guionista, pero el trazo acusa dibujos de Roberto Tapia Tom (Dr. Mortis), probablemente también de Onofre Díaz (Archivo “S”), Manolo Ahumada (Dr. Mortis), Juan Francisco Jara (Mawa) y tal vez de un par de otros dibujantes. Dibujar colectivamente una misma historieta o cómic era una práctica habitual para lograr llegar a los acotados plazos de entrega. La potente historieta chilena sufrió un proceso de cambios y profunda revisión ideológica durante la UP.

Basta para ello la estudiar la edición de 1972 de “Para leer al Pato Donald” de Ariel Dorfman y Armand Mattelart que proponen una lectura “descolonizadora” y marxista de las historietas Disney. “Ese libro fue escrito en un momento de lucha social en Chile y dentro de una revolución que intentó cambiar todo” – recuerda Dorfman en una entrevista concedida a la Revista Ñ en 2009- Se escribió en diez días, en el calor de la lucha por la supervivencia. Y yo diría que si uno mira la obra del Pato Donald, no como problema ideológico sino como forma de escritura, es una apropiación latinoamericana de un mito norteamericano”. Hay muchas tesis sobre el humor gráfico y la UP, pero muy pocas sobre la producción historietistica de Quimantú. Un profundo análisis crítico de la relación entre la Unidad Popular y la historieta es una deuda pendiente.

Página 92 y 93

Durante el gobierno de la Unidad Popular, Osvaldo Romo (1938-2007) fue militante de la Unión Socialista Popular (USOPO) y un conocido dirigente vecinal de La población Lo Hermida. Tras el golpe de Estado delató a pobladores de izquierda de diversas poblaciones de Santiago a los que había conocido en sus labores políticas. Luego formó parte de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y se convirtió en uno de los más despiadados torturadores de la dictadura militar.

La difundida entrevista que concedió en 1995 a la prestigiosa periodista Mercedes Soler para Primer Impacto de la cadena Univisión, es más que elocuente:

– ¿Volverías a hacerlo? ¿Lo harías igual?
– Claro, lo haría igual y peor. Yo no dejaría periquito vivo (…) Fue un error de la Dina. Yo siempre le discutía a mi general: “no deje a esa persona viva, no lo deje libre.” Ahí están las consecuencias.
– Sobre arrojar los cadáveres de los detenidos al mar…
– (…) Ahora Chile no es un mar para tirar cadáveres, porque es torrentoso, es violento (…) Tirarlos en un cráter de un volcán sería mejor (…) ¿Quién va a ir a buscar a un cráter de un volcán? Nadie.

Página 95

Peter Kornbluh en “Los EEUU y el derrocamiento de Allende” (Ediciones B) describe como la CIA movilizó un pequeño grupo de False Flaggers, agentes clandestinos en el Chile de Allende.

“Estos agentes – escribe Kornbluh – “seleccionados por su capacidad para adoptar una nacionalidad no estadounidense” (…) operaban bajo una extrema clandestinidad, fingiendo ser latinoamericanos de habla hispana”. Esta idea es la que gatilló la presencia de este misterioso agente que contacta con John.

Página 97

Este concierto al que asisten John y Claudia bien pudo realizarse efectivamente en 1972. Ese año, varios solistas y grupos de La Nueva Canción Chilena, entre ellos Quilapayún, realizaron cada jueves, una serie de conciertos gratuitos en el céntrico cine Gran Palace.

Así lo atestigua el sitio Memoria Chilena, que exhibe una fotografía publicitaria del grupo en que anuncia un próximo concierto en la revista juvenil Ramona de 1972, hecho que es ratificado por el investigador del Programa de Estudios Histórico Musicológicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, César Albornoz en el volumen“Cuando hicimos historia: la experiencia de la Unidad Popular” (LOM), coordinado y editado por Julio Pinto Vallejos.

Página 99

El libro que puede verse sobre la mesa, mientras John observa a Luis Hernández Parker, me pareció una imagen interesante para rubricar las palabras del destacado periodista chileno.

Se trata de “La Guerra del Pacífico”, escrito en 1972 por el entonces general de División Augusto Pinochet. Al respecto, el diario Puro Chile, fechado el 13 de octubre de 1972, escribe que Pinochet es: “un distinguido oficial de Estado Mayor y profesor de academia que ha escrito varios libros muy interesantes y didácticos sobre temas castrenses (…) los cuales han interesado también a los lectores civiles, por el gran conocimiento y pedagogía con que desarrolla sus materias; por su lenguaje objetivo y claro, y porque siempre se encuentran en ellos un gran fondo e interpretaciones trascendentes”. En una de las tantas sincronías que sucedieron a lo largo de la escritura del guión de esta novela gráfica, el volumen se me presentó en el momento justo en la vitrina de una librería de viejos en la calle Merced, a solo un par de cuadras de mi departamento, el que se ubica, casualmente, entre dos polos opuestos: Por un lado limita con un departamento usado como oficina en algún momento de su vida por Salvador Allende y por el otro, con el palacio Bruna, consulado de Estados Unidos.

Página 101

Como muchos de ustedes habrán notado, la forma que John utiliza para comunicarse con False Flag es una simplificación del método usado en una de mis películas de paranoia setenteras favoritas: “All the President’s Men” (“Todos los hombres del presidente”) thriller político de 1976 sobre el caso Watergate, dirigido por Alan J. Pakula y protagonizado por Dustin Hoffman y Robert Redford.

La otra cita cinematográfica recae sobre la, por ese entonces popular actriz erótica de nacionalidad franco-italiana,Edwige Fenech, y obedece a que habitualmente sus films se ofrecían en la cartelera del desaparecido cine King. El film aludido, “Lo strano vizio della Signora Wardh” es de 1971.

Página 102

Las razones que esgrime nuestro False Flag para entregar información secreta a John han sido inspiradas por las declaraciones del espía alemán Markus Wolf de la República Democrática Alemana sobre sus operaciones en Chile.

Las alusiones a la participación de Brasil en la conjura por derrocar a Allende y en el posterior apoyo a la dictadura militar chilena se apoyan en información desclasificada del Archivo Nacional de Brasil y publicada en julio de 2012 por el Folha de Sao Paulo. En ambos casos, sugiero remitirse a la “Historia del 11 de septiembre de 1973” (Editorial Catalonia, El Observador)

Página 111

La primera viñeta de esta página es una versión de la famosa fotografía de Marcelo Montecino que retrata a Víctor Jara y sus camaradas en la última gran manifestación de la Unidad Popular. Una vez más el testimonio fotográfico ha venido en ayuda de la reconstrucción histórica.

Reconocemos aquí la enorme deuda que nuestro libro tiene con el trabajo de muchos fotógrafos chilenos y extranjeros (Luis Poirot, Luis Orlando “chico” Lagos, Fernando Velo, Juan Gallardo Ángel, Horacio Villalobos, Chas Gerretsen y muchos otros, algunos de ellos anónimos personajes tras de la portada de un diario o de una revista) Algunas de esas fotografías fueron revisitadas por el dibujo de Rodrigo Elgueta y las escogimos en virtud de ese eterno estatuto de presente que poseen y que siguen estremeciendo y comunicando gracias a esa atemporal cualidad de “estar ahí” del soporte fotográfico. Como bien apunta Susan Sontag, en involuntaria sintonía con nuestro objetivo historietístico:”lo que suministra la fotografía no es sólo un registro del pasado sino una manera nueva de tratar con el presente”.

Página 112

La exposición de carteles antifascistas a la que alude John iba a realizarse efectivamente en la mañana del 11 de septiembre de 1973 en el frontis de la casa central de la Universidad Técnica del Estado (UTE), actualUniversidad de Santiago. La muestra titulada “Por la vida… siempre!”, formaba parte de las Jornadas Antifascistasorganizadas por la UTE y su Federación de Estudiantes e iba a ser inaugurada por Salvador Allende (Se sabe que el mandatario aprovecharía la oportunidad para anunciar el esperado plebiscito) y contaría con la presencia del cantautorVíctor Jara (pese al golpe, y contra toda advertencia,el músico se dirigió al lugar y fue detenido allí junto a estudiantes, funcionarios y académicos y trasladado luego al Estadio Chile)

Los 18 carteles de gran tamaño fueron creados por el Taller Gráfico de la UTE y en su desarrollo participaron Mario Navarro, Enrique Muñoz, Ricardo Ubilla, Elías Greibe, Omar Rojas, Pablo Carvajal, Federico Cifuentes, Carlos Acuña, Héctor Moya, René Quijada, Hernán Torres, Washington Apablaza y Juan Polanco. En 2011, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos rescató la emblemática muestra bajo el nombre de “Por la vida… Siempre! 1973″, exhibiendo después de 38 años una reconstrucción del material que fuera destruido por los militares.

Página 114

El historiador Jorge Magasich hace notar, en un artículo publicado en el nº 144 de Le Monde Diplomatique de septiembre de 2013, un sutil, pero importante error que persiste en algunas transcripciones de este párrafo del último discurso de Allende: “Trabajadores de mi Patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde de nuevo (se) abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”.

Para el historiador anteponer el pronombre “se” al verbo “abrirán” altera las palabras de Allende: “dicho así las grandes alamedas se abrirán por sí mismas – escribe Magasich- Cuando en realidad, Salvador Allende anuncia que serán los “Trabajadores de mi Patria”-el sujeto de la frase- quienes, a través de su acción colectiva, volverán a emprender la construcción de una sociedad mejor”

Página 115

Es sabido que los militares golpistas mantuvieron comunicaciones radiales de coordinación el 11 de septiembre de 1973. Las conversaciones entre Pinochet (ubicado ese día en el comando de Telecomunicaciones del Ejército) Leigh y Carvajal, fueron interceptadas y grabadas por un radioaficionado.

Permanecieron 25 años sin ser escuchadas hasta que fueron reveladas por la periodista Patricia Verdugo en su libro CD“Interferencia secreta” (1988). Hasta hoy, la desafortunada frase de Pinochet que alude a la caída “accidental” del avión que le ofrecerían a Allende para salir del país, sigue despertando controversia “desconociéndose hasta la fecha, si se trataba de un plan para matar al todavía presidente de Chile o si era sólo una broma macabra”, como señala una nota en la web de BioBio Chile, fechada el martes 11 de septiembre de 2012.

Página 120

El texto forense reproducido aquí parcialmente, y que se mantuvo como documento secreto por más de 20 años, fue publicado íntegramente y por primera vez en la primera edición del notable volumen de la periodista Mónica González: “La Conjura. Los mil días del golpe”. Los extractos que pueden leer aquí han sido tomados de las conclusiones del informe de autopsia Nº 2449/73, efectuado entre las 20 hrs. y la medianoche del mismo 11 de septiembre en el Hospital Militar por los doctores José L. Vásquez F., Tomás Tobar Pinochet y con la asistencia del auxiliar especializado del Instituto Médico Legal, Mario Cornejo Romo. El dibujo del cuerpo de Allende corresponde al croquis Nº 15254, que a diferencia del croquis Nº 15253, muestra la posición original del fusil AK 47 de Allende, antes de que fuera cambiado de posición por el doctor Patricio Guijón Klein, el primero en descubrir el cuerpo del Presidente.

Por años, muchos fueron los que cuestionaron la tesis del suicidio de Allende, sosteniendo la actuación de terceros en su muerte. El 7 de enero de 2014 la Corte Suprema dictaminó el sobreseimiento de la investigación sobre la muerte deAllende, determinando que él mismo se quitó la vida el 11 de septiembre de 1973 en el Palacio de la Moneda. La resolución ratificó en todas sus partes lo dictaminado en septiembre de 2012 por el juez Mario Carroza, quien estuvo a cargo de la investigación desde enero de 2011. No obstante son muchos los que aún dudan de esta versión de los hechos. Los restos de Salvador Allende, exhumados en mayo de 2011, volvieron a recibir sepultura en una ceremonia privada celebrada en el Cementerio General de Santiago de Chile el 9 de septiembre del mismo

LOS AÑOS DE ALLENDE

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