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steamPunk: mucho más que un subgénero de la ciencia ficción

el steamPunk es tanto: género artístico como constructo social; homenaje al vapor como a la época victoriana; ciencia ficción como fantasía. En definitiva, es una ameba ávida por absorber nuevas obras de arte ñoño.

por I. C Tirapegui

Steampunk

Descripción corta

El steampunk nació en la década del ’80 como un subgénero de la ciencia ficción especulativa. Aunque muchos trabajos publicados entre 1960 y 1970 son pilares fundamentales dentro del género, el término steampunk se acuñó en 1980 para promocionar los trabajos de Tim Powers (Las Puertas de Anubis, 1983), James Blaylock (Homúnculo, 1986) y los de K. W. Jeter (Morlock Night, 1979 e Infernal Devices, 1987), todos ambientados en el siglo XIX, en una forma de ficción especulativa similar a La máquina del tiempo (1895) de H. G. Wells.

Desde entonces hasta ahora, mucho ha cambiado y este estilo ha crecido hasta convertirse en un movimiento artístico y cultural a nivel mundial, donde los límites creativos se han extendido hasta donde alcanza la imaginación de los autores, pero a grandes trazos, las obras steampunk se pintan en una era victoriana donde toda la sociedad y su tecnología usa el vapor como principal fuente de energía. Además, sin temor a destacar lo obvio, steam es vapor en inglés, así que ya se podía adivinar para donde iba la mano.

En sus orígenes, el steampunk se nutrió del imaginario de H. G. Wells y Julio Verne, por lo que estas obras se pueden considerar dentro del movimiento retrofuturista, generalmente presentadas en la forma de ucronías, ficción especulativa o distopías (menos frecuente), es decir, cuando preguntas ¿qué hubiera pasado si…?. Pero también debe parte de su inspiración a las novelas de aventuras de Arthur Conan Doyle, Mark Twain y Mary Shelley.

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Características

El steampunk usualmente recurre a realidades alternas, un lugar en el tiempo/espacio donde la humanidad ha tomado un camino científico diferente, un mundo donde se reemplazaron todas las formas de energía por la combustión del carbón y la generación de vapor. Algunos autores plantean tal progreso con el uso del vapor, que igualan o superan a la tecnología moderna y otros incluso añaden la magia a estos mundos llenos de tubos y mangueras por donde circula el humeante combustible. Tiene un registro visual bastante definido que comprende el diseño, la moda, la arquitectura, los colores y les agrega engranajes, vapor, manecillas y tubos, en un estilo muy bello y reconocible.

Al igual que todo género “algoPunk” (cyberpunk, dieselpunk, etc), el estilo abarca a la sociedad en su totalidad, el look and feel completo, diría alguien. Así, el mundo que imaginó el steampunk no solo tiene una estética bien definida, sino que se sostiene a través del pensamiento de la época, por lo que sus obras están imbuidas con el espíritu del positivismo que caracterizó a la segunda mitad del siglo XIX. Eso en cuanto a la idea original, porque hoy es arcilla en las manos de los nuevos creadores y lo que predominó es la fuerza de la imagen por sobre la idea del positivismo. Sin embargo, en su mayoría las obras son claramente utópicas y optimistas, donde los problemas de la época (racismo, pobreza y desempleo) conviven con las más extrañas máquinas impulsadas con vapor.

Historia

El steampunk se nutre, principalmente, de la literatura de ciencia ficción creada durante el siglo XIX, así como de la filosofía y cultura de aquella época, pero con especial énfasis en la Inglaterra victoriana y eduardiana.

En un breve recorrido por los libros fundamentales de este estilo, resaltan Frankenstein (1818) y El último hombre (1826) de Mary ShelleyUn yanqui en la corte del Rey Arturo (1889) de Mark Twain o las historias de Arthur Conan Doyle, en especial El mundo perdido (1912) y las novelas protagonizadas por el profesor Challenger. Pero sin duda, la fuente principal de donde mana el espíritu del steampunk y de donde beben todos sus creadores, es de 2 autores en concreto: Julio Verne y H. G. Wells. Ambos considerados los padres de la ciencia ficción y como tales, obvios precursores del subgénero.

De Julio Verne las novelas principales son Veinte mil leguas de viaje submarino (1869), De la Tierra a la Luna (1865) o París en el siglo XX (1994), todas ellas de anticipación y con una visión optimista hacia la ciencia y la tecnología. En el caso de H.G. Wells , más oscuro y crítico con la tecnología, destacan los libros: La máquina del tiempo (1895), El hombre invisible (1897) y La guerra de los mundos (1898).

Pero el steampunk no solo se nutre de la literatura, también lo hace con aquellos ilustradores que orlaron las novelas de ciencia ficción y cuya imaginería sería la base para lo que vendría. Destaca entre ellos Albert Robida, por sus ilustraciones futuristas y su trabajo en la trilogía Le Vingtième Siècle (1883), La Guerre au vingtième siècle (1887) y Le Vingtième Siècle.

Por último, esta forma de arte también bebió de los inicios de la cinematografía, principalmente del director Georges Méliès, cineasta pionero con trabajos como Le Voyage dans la Lune (1902), Le Voyage à travers l’Impossible (1904) o Á la Conquète du Pole (1910). Por supuesto, no hay que olvidar a otros autores del Reino Unido de aquella época, como Lewis Carroll, Bram Stoker y Oscar Wilde, quienes también ayudaron a cincelar y modelar el estilo.

Obras iniciáticas del steampunk

Muchas obras de arte ñoño se visten de steampunk, pero hay algunas que destacan por ser las precursoras, los primeros trabajos que iniciaron el estilo. Por supuesto, no nos referimos a las que originan el movimiento, sino a las obras que se inspiran en los grandes creadores del siglo XIX.

Dentro de la literatura destaca Titus Alone (1959), de Mervyn Peake, una novela pionera dentro del subgénero, aunque Keith Laumer también hizo una temprana contribución con Worlds of the Imperium (1962). Queen Victoria’s Bomb (1967) de Ronald W. Clark y Warlord of the Air (1971) de Michael Moorcock son citados como influenciadores, así como A Transatlantic Tunnel, Hurrah! (1973) de Harry Harrison. Por último, la novela de K. W. Jeter, Morlock Night (1979) es considerado el primer libro en ser enmarcado dentro del género steampunk. Dentro del mundo de la historieta, en 1980 Richard A. Lupoff y Steve Stiles publicaron The Adventures of Professor Thintwhistle and His Incredible Aether Flyer, considerado el primer cómic de este subgénero.

Dentro del mundo audiovisual, son considerados precursores del genero a la serie de la CBS: Jim West (1965 a 1969), y que inspiro a la película Wild Wild West de 1999. De la misma forma, la película Brazil (1985) se considera una importante influencia para este subgénero (también para el dieselpunk).

Una imagen, mil palabras

A esta altura de la entrada, toda la información para comprender y abarcar este movimiento ya está publicada. Ahora solo falta observar con calma estas imágenes, para realizar una buena descripción del Steampunk.

Imágenes Steampunk

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Steampunk en el portal Ñoño

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Después de este increíble viaje a través de la historia y el arte, ya está más claro lo que es el subgénero de la ciencia ficción denominado STEAMPUNK, hoy devenido en todo un movimiento artístico y cultural, que abarca las 9 bellas artes y otras formas de arte ñoño, como moda, cosplay, accesorios, joyería y un largo etcétera.

Ahora solo resta esperar para descubrir cuál será la siguiente obra que embrujará al ñoño amante del vapor y los engranajes.


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