La ternura de las princesas Disney es ultrajada por la brutalidad de Game of Thrones. Un crossover imperdible.
Me encanta el fan art, ese reconocimiento anónimo que un artista realiza para homenajear alguna de sus obras ñoñas favoritas. Y aunque me gusta todo el fan art, el crossover me gusta aún más, pues toma como modelo dos o más obras ñoñas, las mete dentro de una juguera, le agrega una pizca de creatividad, una buena dosis de imaginación y varias medidas de frescura, y la transforma en una original y jugosa expresión de arte. Pero para entender mejor de lo que hablo, definamos el crossover en la ficción.
Crossover
Normalmente son maniobras de marketing para atraer nuevos espectadores o revitalizar una franquicia en decadencia, y su eficacia radica en la imaginación entusiasta de los fans y su curiosidad por saber qué pasaría si X conociera a Y en una situación Z. La idea es ver interactuar en un mismo contexto a personajes de universos diferentes y por lo tanto, independientes y autónomos uno del otro. Esto se traduce en la creación de una obra que en un inicio se suponía imposible y sin embargo, ahí está, frente a nuestros ojos. La gracia de este tipo de creaciones es que si agregas nuevos elementos a la “ecuación” de inmediato nos damos cuenta de que sus posibilidades son infinitas.
Mujeres de Game of Thrones, estilo Disney
autor: DjeDjehuti
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