por I. C. Tirapegui
La Guerra de los Mundos, de H. G. Wells (1897)
Esta novela fue rechazada sistemáticamente por las editoriales de su época hasta que una revista (Pearson’s Magazine) decidió publicarla como una serie en 1897. La carta de un editor que rechazó la obra describía al libro como una pesadilla sin fin y afirmaba que los lectores cerrarían el libro aburridos por una historia tan burda.
Como nota al margen, y aunque no incluyo aquí este libro, otra novela de H. G. Wells (La máquina del tiempo) también fue rechazada por un editor, quien justificó su decisión afirmando que la obra no era interesante para el público en general y menos aún para el lector que gusta de la ciencia. ¡Increíble!
La granja de los Animales, de George Orwell (1945)
El rechazo de esta novela (también conocida como “Rebelión en la granja”) tuvo de todo: una prefacio contra la censura que irónicamente fue censurado, un espía soviético y el rechazo de un famoso poeta: T. S. Eliot. ¿Quieren conocer la historia completa? Entonces sigan leyendo…
Cuando Orwell presentó su manuscrito a las editoriales, todos sin excepción, lo consideraron una crítica demasiado potente a la Unión Soviética y dado que Inglaterra se encontraba en guerra y la URSS era uno de sus principales aliados, se decidió no publicarla por un asunto netamente político. Cuatro editore rechazaron la obra y el único editor que la aceptó luego la rechazó por un pedido explícito de Peter Smollett, un oficial del Ministerio de Inteligencia Británico, mismo que posteriormente se revelara como un espía ruso. Awesome… ¿o no? Luego de esta anécdota, la Editorial Faber & Faber recibió el manuscrito y lo rechazó debido a la carta que T. S. Eliot escribió al respecto. En ella afirmaba que el libro es demasiado Trotskysta y no estaba de acuerdo con el punto de vista crítico del autor respecto de la situación política en la URSS. De hecho, este libro no fue publicado hasta que la Segunda Guerra Mundial terminó.
Cuando Orwell por fin consiguió publicar su obra, incluyó un prefacio titulado “Freedom of the press” o Libertad de prensa, y en ese texto afirmaba que cualquiera que desafiara el orden establecido se vería silenciado con una sorprendenete efectividad. ¿Y qué creen que sucedió? La primera edición fue publicada sin el prefacio de Orwell, el que fue censurado por la editorial. LOL.
Fahrenheit 451, de Ray Bradbury (1953)
La versión corta de esta historia e incluso la novela original, tuvieron grandes problemas para ser publicadas, pero no por su calidad, sino porque en esos años la típica (y mejor) forma de encontrar lectores era transformar el texto en una serie de capítulos que serían publicados periódicamente. Pero ni siquiera así fue publicada Fahrenheit 451, pues nadie se mostraba interesado en ella, eso hasta que un innovador y rebelde editor decidió publicarla por capítulos en su nueva revista. ¿Imaginan quién era ese joven editor? Pues nada menos que Hugh Hefner, quien publico por capítulos la novela de Bradbury en la revista Play Boy.
En rigor, la novela ya era un libro en papel para 1950, pero era muy poco conocida. Fue entonces cuando Hefner la descubre y según sus propias palabras, él fue el primero en transformarlo en serie. Desde el punto de vista de Hugh Hefner una novela que trata de libros quemados en el futuro era justo lo que necesitaba para lanzar su revolucionaria publicación. Y así fue como Fahrenheit 451 apareció en los números 3, 4 y 5 de la recién estrenada revista Play Boy. Si lo desean, acá pueden ver un video donde Bradbury y Hefner hablan sobre esta extraña combinación entre una revista erótica y la ciencia ficción. < Ver video >
Duna, de Frank Herbert (1966)
Este libro fue rechazado por 23 editoriales antes de ser publicado prácticamente gratis por Chilton Books, una pequeña editorial de Filadelfia dedicada a las revistas de negocios y los manuales de automóviles.
De hecho, Frederik Pohl (amigo de Herbert) escribió que ningún editor estaba interesado en adquirir los derechos de la obra hasta que apareció Chilton Books, quienes se las ingeniaron para transformar la obra (que originalmente estaba pensada para ser vendida como serie) en una sola e inmensa novela. El resultado fue un best seller casi inmediato y según él afirma, la novela más rentable jamás escrita. Por supuesto, él no conoció el fenómeno de Hary Potter.
Carrie, de Stephen King (1974)
Esta es la primera novela de Stephen King y vendió la escalofriante cifra de cuatro millones de copias, peor no sin antes ganarse el rechazo de 30 editoriales. De hecho, una de ellas escribió que no estaban interesados en novelas de ciencia ficción que traten de utopías negativas (distopías dirían hoy en día) porque no venden. Y como resulta obvio, después de tantos y tan decidores rechazos, King cuenta en su libro “Mientras escribo” que tiró el manuscrito a la basura, pero su esposa lo sacó de ahí y le dijo que lo intentara una última vez. La editorial elegida fue Doubleday, uno de cuyos empleados era William Thompson, un amigo de King. Tiemp después King recibió un telegrama (no tenía teléfono) donde Thompson le informaba que publicarían su obra y le darían un adelanto de U$2.500. Y aunque sea triste decirlo, esa cifra es un sueño para cualquier escritor chileno, incluso hoy, casi 40 años después.
Harry Potter y la piedra filosofal, de J. K. Rowling (1997)
El número más recurrente que se puede encontrar en internet es de 12. Algunos afirman que fueron más, otros dicen que menos, pero un promedio de 12 rechazos de las mayores editoriales inglesa es suficiente para arruinar el sueño de escritor de cualquiera, menos para J. K Rowling, quien insistió hasta que por fin encontró una editorial dispuesta a arriesgarse con su manuscrito. Y miren lo que sucedió: el mayor éxito editorial de la historia. Y las cifras lo avalan. De acuerdo con cifras de la BBC, la obra completa de harry Potter ha vendido más de 400.000.000 de copias. Nada mal para un libro que nadie quería.
Acá pueden ver lo que la autora dice de su primera aventura editorial, llena de obstáculos y rechazos.
< Ver Video >
Y con este último libro me despido, con la sincera esperanza que todos mis compañeros escritores (y aspirantes a serlo) encuentren este post inspirador y les infunda nuevos bríos y ánimos a la hora de presentar sus manuscritos. ¡Suerte y a escribir!